NO ES BROMA...
"Con todo, yo me alegraré en Jehová. Y me gozaré en el Dios de mi SALVACIÓN" (Hab 3.18) ¡ALÉGRATE! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Qué risa me das! El reír es un estimulante para el cuerpo y el mejor para el alma. Cuando soltamos una carcajada se desarrolla una reacción química en cadena en nuestro interior. Son liberados neurotransmisores en el cerebro como las endorfinas, dopamina y serotonina. Este cóctel de la felicidad al asociarse con la adrenalina genera satisfacción, estado de bienestar. Es la razón por la cual reír hace bien, tanto al cuerpo como al alma, al disminuir el estrés, y los niveles de ansiedad y depresión. Reír nos hace bien, pero cuando es una constante, es mucho más que bien. Si reír es gratis, ¿Por qué no lo hacemos?, por costumbre o hábito. Para algunas es indicativo de pérdida de autoridad, o se pone como barrera para no ser conocido a profundidad, como también rasgo de personalidad. Independiente de su causa se debe establecer el reír como una necesidad que se d