NO ES BROMA...
"Con todo, yo me alegraré en Jehová. Y me gozaré en el Dios de mi SALVACIÓN" (Hab 3.18)
¡ALÉGRATE!
¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Qué risa me das! El reír es un estimulante para el cuerpo y el mejor para el alma. Cuando soltamos una carcajada se desarrolla una reacción química en cadena en nuestro interior. Son liberados neurotransmisores en el cerebro como las endorfinas, dopamina y serotonina. Este cóctel de la felicidad al asociarse con la adrenalina genera satisfacción, estado de bienestar. Es la razón por la cual reír hace bien, tanto al cuerpo como al alma, al disminuir el estrés, y los niveles de ansiedad y depresión. Reír nos hace bien, pero cuando es una constante, es mucho más que bien.
Si reír es gratis, ¿Por qué no lo hacemos?, por costumbre o hábito. Para algunas es indicativo de pérdida de autoridad, o se pone como barrera para no ser conocido a profundidad, como también rasgo de personalidad. Independiente de su causa se debe establecer el reír como una necesidad que se debe adoptar.
Cuando el cuerpo se habitúa a mantener un estado de ánimo determinado, ése se prioriza. Si es el enojo, las niveles de serotonina y la vasopresina, reguladora de la presión arterial y funcionamiento de los riñones, disminuye, entonces aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial, generando al estrés. Cuando el enojo dura más de 4 horas o se hace un hábito es preocupante por enfermedades que puede ocasionar, al igual que daño en el cerebro.
"Un corazón alegre es buena medicina, pero un espíritu triste seca los huesos" (Pv 17.22)
Bueno es reír, bueno es cantar, alegra tu día y el de los demás. Aprovecha este beneficio natural para oxigenar el cerebro, y liberarlo de ideaciones negativas. No hay que sesgar la alegría, o hacer de ella oportunista, para algunos momentos o personas. Debemos estar alegres SIEMPRE, de esta manera preparas el corazón y la mente para escuchar la voz de Dios, para alabarlo y exaltarlo. "Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia,Así fortaleces tu relación con Dios y..." (1Tes 5.16)
Aunque la higuera no florezca; ni en las vides haya frutos,....ME GOZARÉ EN EL DIOS DE MI SALVACIÓN" (Hab 3.17a-18b). Habacuc vivía en mundo lleno de maldad y sufrimiento, y llegó a no entender la razón por la cual Dios permitía esto, pero el mismo Dios le respondió directamente. El Señor usaría a los babilonios para castigar a Judá, pero a su vez condenaría a los Babilonios por hacerlo, "Por cuanto tú has despojado muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán ,..." (Hab 2.8a)
Habacuc al final la tuvo clara. Toda sombra de duda y cuestionamiento en contra de Dios se esfumó. Entendió, que aunque no entendamos los designios de Dios, no comprendamos todo lo que sucede, debemos saber que DIOS ES JUSTO Y TIENE EL CONTROL, nada se le escapa de Sus manos, y si Él ha establecido algo, se cumplirá, y si nuestros ojos no lo ven se debe buscar la razón, "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece;..." (V4a). El que anda en camino de muerte, alejado de Dios y de Su voluntad vivirá en la oscuridad, y por mucho que se ría, su corazón no le pertenece a Él, y donde no está el Señor la alegría es pasajera, estará condicionada por nuestros deseos. ¿Quién alabará al Dios que lo creó en medio de las tinieblas? ¿Cómo le entonará bellas melodías si lejos está?. "mas el justo por su fe vivirá" (V4b)
El llamado de HOY es a alimentar el alma de alegría y agradecimiento. A llenar el corazón de sonrisas, las cuales perfuman Su habitació. Independiente de las circunstancias cantemos, adoremos y alabemos al Señor desde lo más profundo de nuestro corazón. Una de las armas de guerra con la cual podemos combatir el ataque del enemigo es el gozo, la alegría en Cristo. Ese misma gozo nos levantará y sanará el alma de la intranquilidad, puesto que se ha decidido confiar en Dios y no en nuestra propia inteligencia y habilidades. "Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas." (Pv 3.5)
"¡Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre" (Sal 136.1)
No te enfermes de llorar, ni de vivir angustiado, no entristezcas el Espiritu de Dios al hacer del enojo una constante. Que si lloras sea de gozo por estar en la Presencia del Señor. De agradecimiento por recibir el mayor regalo de tu vida, conocer a JESÚS y llevar una vida de honra a Él. Que los "neurotransmisores" del corazón se activen cuando cantas, saltas y adoras a Señor que te dio vida, vida de verdad.
Habacuc lo expresó claramente, aunque no haya nada, aunque nos falten cosas, o no alcancemos lo que deseamos, lo tenemos TODO si Dios está con nosotros, el resto son añadiduras y de esas se ocupa el Señor. "Aunque... los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos,..... yo me alegraré en Jehová" (V17.18)
"Estén siempre llenos de alegría en el Señor. Lo repito, ¡alégrense!" (Fil 4.4)
Si la alegría del hombre natural es pasajera, volátil, finita y trivial, cómo será la alegría que viene de Dios, la cual es constante, insondable, la cual nace de estar en relación constante con Él. Ahora, es el Señor el responsable y dueño de nuestra alegría, puesto que sobre Él descansa nuestra vida, cada circunstancia nuestra está escrita en Su mano, y los llamados de fe que le hacemos los responderá, a Su tiempo, pero lo hará. "...Bienaventurados los que lloran ahora, porque reirán" (Lc 6.21)
Solo en actitud de espera en el Señor estaremos firmes y confiados. Regocíjate en el Señor y alaba Su Santo Nombre, que Él también se regocijará escuchando las bellas melodías que entonas para Él, y responderá de la misma forma, cantará para ti. "porque el SEÑOR tu Dios, está en medio de ti como poderoso guerrero que salva. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos." (Sof 3.17)
Así como David cantaba y danzaba, aunque era algo cultural, lo hizo con toda fuerza y alegría en la presencia del Señor. "Y David danzó ante el Señor con todas sus fuerzas, vestido con una vestidura sacerdotal" (2S 6.14). Su danza era de adoración y alabanza, El Señor se encargó de que quedara plasmado este momento en las Escrituras, que se conociera, para que se aprendiera, se practicará, y se incluyera en nuestros momentos de adoración y alabanza. "Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta." (2S 6.15)
Algunos lo ven como vergonzoso y burlesco, pero la alegría, el júbilo al estar ante la Presencia de Dios nace de un corazón agradecido, confiado y obediente, que desea darle honra al Señor, Su Creador. David hacía lo que sabía hacer, música, y ese era su instrumento de adoración, aunque para algunos no fuera de su agrado, como su esposa Mical, "Sucedió que al entrar el arca del Señor a la Ciudad de David, la hija de Saúl, Mical, se asomó a la ventana y, cuando vio que el rey David estaba saltando y bailando delante del Señor, sintió por él un profundo desprecio." (2S 6.16). Pero David no se quedó sin responderle, dándole toda la honra a Dios por sus triunfos, "Lo que soy es por el Señor", "David le replicó a Mical: —¡Estaba danzando delante del Señor, quien me eligió por encima de tu padre y de su familia! Él me designó como el líder de Israel, el pueblo del Señor, y de este modo celebro delante de él. (V21)
Como consecuencia quedó estéril, "Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijo hasta el día de su muerte" (V23)
Y es que nuestro corazón se llena de júbilo, y todo nuestro ser alabará al Señor al estar agradecidos por ser liberados de lo que nos tenía cautivos. Al ser perdonados y gozar de libertad en Cristo Jesús; al tener una nueva ciudadanía, celestial; Una nueva identidad, hijos de Dios; Un nuevo propósito y una nueva vida, nuestra boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanza, HOY, le cantamos y le agradecemos al Señor, nuestro Salvador, como David, "por tanto danzaré delante de Jehová" (V21c), mientras podamos, y aún más allá, cuando lleguemos a Su encuentro, será nuestra gran fiesta.
***Amado Señor, Eterno Dios, Hoy mis labios quieren expresar total agradecimiento a Ti, quieren cantar y expresar las más dulces palabras al Dios que me dio vida. A ti Señor que lo diste todo por mí, y no te detienes a entonar cantos a mi nombre. Bendito Señor, danzaré, y cantaré por siempre y daré honra, al sublime, excelso Dios que me ha amado incondicionalmente y que se ha llevado las cargas que no me permitían que me alegrara en Ti. Ahora vivo para cantar, danzar y gritar, que Jesús es mi Salvador.
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