DETENTE, Y RESPIRA


"Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios" (Rm 15.4)

DETENTE, Y ESPERA

Muchos son los esfuerzos para dar solución a ciertas circunstancias difíciles, sin visualizar un panorama cambiante, pero sí con aumento en el nivel de complejidad, lleva a la persona aceptar tales situaciones como irremediables, dejándolas en casos sin resolver. Esta aceptación sin esfuerzo lleva a la acomodación y a la permanencia o habituación, en donde se hacen parte de la cotidianidad, y sin afán en la búsqueda de un cambio. Así, la persona termina dándole vida a un espíritu opacado, el cual no prosperará, sino que quedará estancado. "Digan a los de corazón apocado: “¡Fortalézcanse; no teman! He aquí que su Dios viene con venganza y retribución divina. Él mismo vendrá y los salvará”. (Is 35.4)

Existe algo particular que sucede con algunos niños refugiados en Suecia, quienes debido a su situación vivieron circunstancias excesivamente traumáticas, lo cual los llevó a entrar en estado de ensimismamiento emocional. Los muchos intentos fallidos hicieron que el cerebro de estos pequeños creara un mecanismo de autoprotección, sumergiéndose en una especie de inconsciencia o sueño profundo, algo similar a lo que le sucede a "Blancanieves", del cuento infantil. Llamado Síndrome de Resignación, el cual  inicia con apatía, depresión y aislamiento. Más adelante dejan de hablar, comer y beber, hasta que finalmente dejan de responder a los estímulos. El cerebro del niño ante temor decide regresar a su estado anterior, se prepara para no recibir los elementos causantes de dolor. "Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él." (Jue 16.20)

"Tienes que resignarte" o peor aún "tienes que resignarte a la voluntad de Dios", son apreciaciones no aplicables en la vida de un creyente que vive en la Voluntad de Dios, y en el cual Cristo hace morada. Ni es fe ni es creer, es desconfiar de la voluntad y de la Palabra de Dios, quien en todo tiempo nos da Esperanza, confianza a través de ella. Son la perlas sagradas que nos mantiene en guardia para enfrentar como guerreros lo que se nos presenta a diario. "Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración." (Rm 12.12)

La resignación es el punto opuesto a la esperanza. En la esperanza está la fortaleza que viene de tener fe y confianza en Dios. Cuando la persona baja los brazos, deja de luchar y termina cobijándose en el "Síndrome de resignación", está desaprovechando las grandes oportunidades que le da Dios a través de Su Santo Espíritu de salir victoriosa de las pruebas. "Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor." (Mt 24.42)

Últimamente se utiliza un término “nuevo”, Resiliencia, pero cuyo concepto se encuentra a lo largo de toda la Biblia, el cual es la capacidad que tiene una persona para sobreponerse a la adversidad y poder sobrellevar los momentos difíciles. Es la respuesta positiva ante hechos negativos, la cual no se da de un momento a otro, o por arte de magia, se da por medio de pasos de fe, proceso en donde es Dios es quien hace la obra en cada persona.  Tenemos un mecanismo innato resiliente escrito en el corazón, el cual viene por medio de la Palabra de Dios, algunos saben apreciar esta bendición y hacen buen uso de él aprovechándolo satisfactoriamente.

"Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia." (Sg 1.3)

Este es la RESILIENCIA ESPIRITUAL, la cual viene cuando se deposita toda la confianza en Dios, se cree con certeza que Él es la respuesta a cada situación adversa. Que ante la presencia de ataques espirituales, físicos, emocionales y personales, Dios tiene el control. "Solo en Dios encuentro paz; pues mi esperanza viene de él" (Sal 62.5).

Las Escrituras nos hablan claramente de la posición que debemos tener en momentos de angustia. Pablo le habla a los Romanos, "Tales cosas se escribieron en las Escrituras para que nos sirva de enseñanza..." (V4a), como también a nosotros, nos dice que no debemos desaprovechar la Palabra de Verdad, lo escrito antes (AT) y después (NT), puesto que ella trae sanidad, alivio a nuestra alma. "Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia..." (V4b).

La confianza en Dios trae esperanza, en medio de las pruebas. Cuando se atraviesan desiertos, con panoramas sombríos, es cuando debemos aferrarnos a la esperanza, de esta manera la situación se hace soportable, de esta manera podemos descansar seguros. Las Escrituras nos ofrecen la esperanza más grande, Jesús. Es Él quien respalda la garantía de protección, cuidado y paz. Así, aprenderemos a tener paciencia la cual viene sujeta a la fe. "Guarda silencio ante el Señory espera en él con paciencia;..." (Sal 37.7a)

Como ya dijimos, la paciencia es discorde con la resignación. Esta es una de las virtudes que revela la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Es quien nos guía, fortalece, anima y enseña a estar de pie en medio de la tormenta, a no desfallecer. Quien no deja que nos acomodemos, nos inquieta y suscita el deseo de estar en posición de batalla, vistiendo el siempre la armadura de Dios. (Ef 6.13.17) "...para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. MANTÉNGANSE FIRMES..."

La resignación deja a la persona sumida en la devastación y sin deseos de salir adelante. En estado de derrota se acomoda a recibir lo que le viene sin ningún esfuerzo. LA PACIENCIA es la espera con los ojos abiertos, aguardando la respuesta de Dios, pero no en total quietud, sino en total movimiento. Se entra en estado de actividad constante, en donde la oración, la lectura y estudio de la palabra, el ayuno, y demás nos ocupa mientras Dios responde. "Porque en ti espero, oh SEÑOR; tú responderás, Señor, Dios mío." (Sal 38.15)

La actitud resiliente en la persona la lleva a utilizar todos los recursos del medio, su conocimiento, y estructuras mentales y sociales para sobrellevar los momentos difíciles. Cuando el ataque es fuerte todos estos mecanismo no alcanzan para hacerle frente, y algunos se debilitan en el esfuerzo, sin darse cuenta, cayendo en la resignación. Todos estos mecanismo de protección temporal pierden efecto rápidamente, algunos no se ajustaron o no cumplen las expectativas, otros no eran necesarios. Quizá algunos con mejor suerte le funcionaron pero la garantía no es eterna. "Pon tu esperanza en el Señorten valor, cobra ánimo;¡pon tu esperanza en el Señor! (Sal 27,14)

Asimismo, para un cristiano que hace uso de esta virtud, la resiliencia espiritual, tiene la capacidad de soportar el sufrimiento en Jesús. Sabe que es más grande quién está en él, y que al cederle el control de su vida a Cristo, solo debe esperar con paciencia a que Él obre. Para él la fuente de su resiliencia es JESÚS; Su senda y destino está en sus manos. "Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes." (Éx 14.14).

Esta quietud es el saber esperar, sin desesperación, angustia, queja, ira, tristeza, sin recurrir a métodos distintos a los que Dios establece. Jesús es nuestra fuente de ayuda. Él está presto a tendernos la mano para auxiliarnos. Siempre ha estado presente como nuestro "Salvavidas personal", ni se ha marchado, ni se distrae, solo espera el momento oportuno, en Su tiempo llega  como lo hizo cuando calmó la tormenta en Marcos 4.39.

HOY el Señor trae un mensaje esperanzador para aquellos que han perdido el deseo de continuar, que han dejado de luchar y que esperan a lo lejos para no retornar al inicio. "Que Dios, quien da esa paciencia y ese ánimo, los ayude a vivir en plena armonía unos con otros, como corresponde a los seguidores de Cristo Jesús" (V5). Es Dios quien nos pide que incrementemos el volumen de la fe y la confianza, y no prestemos oído a las voces que vienen de afuera, o a aquellas que taladran nuestra mente. Solo debemos prestar mucha atención a la voz de Dios que nos habla por medio de su Santo Espíritu, y quien nos llevará a transformar la adversidad por medio de Su Palabra. A rediseñar el sufrimiento con la estructura sólida y fiel de la Palabra de Dios. A cambiar la percepción y ver cada caída como la oportunidad que Dios está utilizando para hacer de nosotros una nueva persona en Él.

"Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas." (Is  43.17), Nos pide soltar el pasado, éste ya pasó, y debe quedarse en su lugar. Pablo también nos dice que no debemos traer a la memoria el ayer, que debemos concentrarnos en lo que tenemos adelante, "olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante,(Fil 3.13),  "...para ganar el premio que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo" (Fil 3.14)

Empezar cada día con mentalidad de victoria es nuestro trabajo, puesto que tenemos al Santo Victorioso de Israel peleando nuestras Batallas. Lo imposible para nosotros, con Él es posible. Solo debemos creer, confiar y agradecer en todo momento, independiente de la circunstancias, "Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús" (1Tes 5.18). Recuerden que David enfrentó a Goliat creyendo que lo vencería, porque sabía en quien confiaba. "Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado" (1S 17.45). Tu Goliat caerá, tus problemas no serán eternos mientras se obedezca y se confíe en Dios. Cuando cesen, córtales  la cabeza de raíz, no dejes raíces que se reproduzcan, "Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza,..." (1S 17.46).

Ahora bien, "el que mucho abarca poco aprieta" dice el refrán. Cuando intentamos hacer todo a la vez, porque pensamos que solo nosotros podemos, debemos ser conscientes que todo no lo podemos controlar. Algunas cosas son nuestra responsabilidad, lo que nos corresponde, déjale a Dios lo que no te corresponde. Sea agradecido y honra a Dios con el manejo que das a tus circunstancias, esto habla de la gran confianza que le tienes. Con Él lo tienes todo, Dios es Suficiente en medio de la adversidad, no te canses buscando soluciones infructuosas, no mires a otros buscando la solución, no alargues tu estadía en el desierto, tan solo CREE y CONFÍA.

***Gracias Amado Señor, por darme a conocer una vez más tu Verdad, la cual me guía y me enseña. Ayúdame a entender que no soy yo, sino que eres Tú quien se encargará de "cortarle la cabeza" a mis problemas. Que en medio del sufrimiento, o de las situaciones difíciles, no estoy sol@, Tú estás conmigo, listo para venir en mi auxilio, listo para sacarme de la tormenta y ponerme en tierra firme, listo para transformar mi vida totalmente, y darme una nueva vida.  Nada se te escapa, nada se olvida, nada se queda sin respuesta cuando tienes el control, solo debo DETENERME, Y RESPIRAR y seguir. Que Tu Santo Espíritu me ayude a tener paciencia y a no perder la esperanza. Solo en Ti tiene paz mi alma, y se llena de gozo mi corazón al oír tus pasos que vienen en mi ayuda, porque he creído y confiado, que sólo eres Tú la respuesta a mis dificultades. Te amo mi amado Salvador.

Solo él me salva y me protege. No caeré, porque él es mi refugio. (Sal 62.6)

A mi Amado Señor y Salvador, quien es mi fuente de Paz y Tranquilidad, sea la honra y gloria, por siempre. Amén.

ALABANZA: "UNA NUEVA CANCIÓN"
                           
"Mientras espero, con paciencia aguardo a que Tú vengas" (Gracia)

*** Detente, respira y espera, que tu respuesta viene en camino.


En mi espera te honraré;
Con mi paciencia te glorificaré;
Y con mi boca te alabaré. (Gracia)


Dios te bendiga.

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