CON PASOS FIRMES

“... Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco...” (1Sm 2.30)

CON PASOS FIRMES

"child-free" (libre de hijos), a partir del siglo XX ha crecido notablemente el número de personas que desean vivir libres de hijos. Se ha llegado a pensar que estos coaccionan la libertad, frenan el deseo de hacer muchas cosas, y encierran en un círculo vicioso no permitiendo visualizar nuevos horizontes. Sin hijos es mejor, si se debe enfrentar el caos social, ambiental y humano. Se cree a veces que las salida a ciertas situaciones complejas es sostenible estando solo. Además, sin personas a cargo, la economía se hace más llevadera. 

Pero otros, centrados en sí mismos, han llegado a idolatrar de forma tal sus cuerpos que los hijos vendrían a ser la dieta menos ideal para mantenerse en forma. Pero el propósito de Dios es otro, el cual es antagónico a estos pensamientos, el cual nos muestra la bendición que son los hijos como puente que conecta a la familia con Dios, "...¿Y qué es lo que Él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios. Por eso, guarda tu corazón y permanece fiel a la esposa de tu juventud. (Mal 2.15)

"Con la alabanza que brota de los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has construido una fortaleza, para silenciar al enemigo y al vengativo." (Sal 8.2)

Son muchas las personas que en su afán de seguir las nuevas tendencias, adecuan todo lo que traen como estilo de vida, se hacen sus fieles seguidoras. La generación millennials, sigue fielmente lo que le ofrece el acceso a la información, sin tener en cuenta las diferentes culturas y lo que hace cada una de ellas en particular. Se autonombra como conocedor del mundo y con base a estos lineamientos construye su personalidad, forma su carácter y rediseña su entorno. Sus acciones infrecuentes hace de ellos inconstantes, van y vienen sin establecer un lugar fijo, sin sentido de pertenencia. Dejemos, pues, de ser niños zarandeados por las olas y arrastrados a la deriva por cualquier doctrina seductora, a merced de esa gente maestra en las artimañas del error. (Ef 4.14)

* "Hace algún tiempo conocí una joven que obedeciendo a los lineamientos de la nueva era, el posmodernismo, tomó la decisión de practicarse la esterilización a sus veinte años, edad fuera de lo establecido (ligadura de trompas). Hablaba con tal convicción sobre el tema que era imposible mostrarle la otra cara de la moneda. Hasta, que llegó al trabajo menos pensado para ella, "Asistente de niños con Dificultades para Aprender". Después de cierto tiempo, y venciendo toda limitación que tenía con los niños, llegó a mi oficina con lágrimas en los ojos a contarme aquella decisión que tomó sin pensar. Las decisiones, cualquiera que sean, pasan cuenta de cobro más adelante."

EDUCA A TU HIJO DESDE NIÑO, Y AUN CUANDO LLEGUE A VIEJO SEGUIRÁ TUS ENSEÑANZAS..." (Pv 22.6)

Las nuevas generaciones han desarrollado rasgos donde la permanencia, y el celo por conservar tradiciones ha sido opacada notablemente, en comparación de la generación pasada. La tendencia a los extremos ha llevado a la negación por asumir compromisos que han sido vitales, puesto que les altera su aparente estabilidad. Es lo que ha hecho que se tenga desinterés en lo concerniente a la formación de núcleos familiares estables, duraderos, y en donde los hijos sean las pequeñas semillas que germinan bajo su cuidado, y siguiendo la dirección de Dios. 

Como todo gira en torno a la diversidad, a la intercomunicación que ha llevado a robotizar, al consumismo y a desarrollar perfiles de liderazgo a veces no fáciles de manejar, todo tras pantalla es más fácil, un hijo viene siendo un problema más que una riqueza, como Dios lo establece. "Isaac rogó al SEÑOR a favor de su esposa, porque ella no podía tener hijos. El SEÑOR contestó la oración de Isaac, y Rebeca quedó embarazada de mellizos. (Gén 25,21)

“Después de ellos vino otra generación que no conocía al Señor”. (Jue 2.10)

Es así que las nuevas generaciones vienen cargadas de mucha información, mucho conocimiento, como también con una fuerte inclinación a vivir con lo que le ofrece el mundo. Ser padre se ha vuelto trabajo de valientes. Los hijos se han convertido en el laboratorio de experimentación de las nuevas tendencias, su vulnerabilidad los tiene en la cuerda floja del mundo. Sin padres presentes y con la tecnología ejerciendo su rol no hay quien direccione asertivamente, no hay progreso en las nuevas generaciones. 

Pero, el Señor, siempre nos ha exhortado a, "Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. (Deu 6.6), A involucrarnos, responsabilizarnos y asumir personalmente esta labor encomendada por Él, a cumplir y obedecer Sus principios, así se tendrá herramientas para formar las nuevas generaciones, "Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes." (Deu 8.7)


En libro de Jueces 2.11-23 hace una descripción detallada de lo que es vivir sin Dios, sin conocer al Creador y dueño del Universo. En apostasía aquella generación estuvo rendida a la idolatría y a prácticas pecaminosas. Aunque el Señor levantó jueces para que los guiará y protegiera, no los escucharon, decidieron oír otras voces, otros dioses y falsos maestros. Lo cual hizo que llegara la corrección de Dios, "Por eso el Señor se enojó contra el pueblo de Israel y lo entregó en manos de ladrones, que lo despojaron de todo; lo dejó a merced de los enemigos que lo rodeaban, a los cuales ya no pudo vencer." (Jue 2.14)

Ese concepto justificativo y falto de razón, el cual se ha hecho "cliché" para algunos, que dice "Y Dios cómo permite esto", más bien debiera ser QUÉ DEJAMOS DE HACER NOSOTROS PARA QUE ESTO SE SUCEDA, cuál ha sido nuestra negligencia, apatía. Recuerde que Dios todo lo hizo BUENO, "Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!..." (Gén 1.31a). El mundo es mundo, y seguirá siéndolo. Continuará su movimiento vertiginoso. La gran incógnita es,  qué hacemos nosotros como parte de la sociedad creada por Dios, como grupo familiar y como padres con una misión que viene de lo alto, para no dejar que este nos consuma.

Si los padres en el hogar no les hablan ni llevan a sus hijos al conocimiento de Dios, ¿Quién les hablará? y ¿De qué forma lo harán?  "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo" (Ef 5.14). Sin la Luz Verdadera que guíe en casa, se vivirá aletargado en todo lo que envuelve el pensamiento, la razón, e inunda el alma cuando se está fuera de los designios de Dios. Así se hace imposible guiar en este mundo desenfrenado y darles un futuro mejor a los hijos.

HOY el Señor nos invita a darle HONRA, y para esto nos da una promesa maravillosa la cual trae bendición cuando se hace principio en nuestra vida. "YO HONRARÉ A LOS QUE ME HONRAN...", a los que lo ponen en primer lugar, a los que han creído en Él y en Su Hijo Jesús, y han hecho de Él su modelo a seguir y de Su Verdad la fuente de vida; A los que han obedecido y seguido fielmente sus mandatos; A los que han guiado a sus hijos en torno a Su Verdad, han hecho de su crianza la mejor administración para Dios, serán Honrados por Dios, serán puestos en primer lugar porque Él ha sido SIEMPRE EL PRIMERO en sus vidas. 

Darle honra a Dios es mostrar frutos de Su presencia en nuestra vida, y los hijos son los que evidencian esta realidad, porque CON PASOS FIRMES andarán delante del Señor. Serán las semillas que germinarán fructíferamente por que fueron cuidadas con esmero, dedicación y responsabilidad. Sin delegar sino personalmente. Han sido alimentados con Su Palabra y regados con Agua Viva, así se les ha enseñado a cimentar sus pies sobre la Roca, Cristo.

"...Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente,..." (1S 2.30a). El Señor, como a Elí, nos ha advertido desde hace mucho, como también nos ha dado su guía en el Manual de Vida para que conozcamos y cumplamos sus mandatos y no se peque por omisión, NO HAY EXCUSA. Ir delante de Dios es tenerlo en cuenta en todo, y hacer Su voluntad, escuchar Su Voz y obedecerla, no un día o esporádicamente, sino SIEMPRE. Es caminar junto a Él CON PASO FIRME sin contemplar más opciones que nos pueden tentar a congraciarnos con el pecado, y ser un modelo nada conveniente para nuestros hijos.

Esto había hablado Dios a Elí, pero él hizo todo lo contrario. No ejerció la autoridad como padre, y permitió que sus hijos hicieran de todo menos lo establecido por Dios. Solo les llamaba la atención pero les permitía que continuaran en su desenfrenada vida. Muchas veces no se corrige para que el hijo no se enoje o para no incomodarlo, pero más vale una corrección a tiempo que lágrimas eternas.  Ni Elí, ni sus hijos dieron señales de honra para Dios. Elí pecó por omisión, aunque obedecía en otras cosas a Dios, en su rol como padre quedó descalificado. " Los hijos de Elí eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor" (1S 2.14)

Elí, que ya era muy anciano, se enteró de todo lo que sus hijos estaban haciendo al pueblo de Israel, incluso de que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la Tienda de reunión (V22), La permisividad,  el contemplar las malas conductas de los hijos como "normales", el aceptar con beneplácito todo lo que viene de afuera, el no no tener autoridad para gobernar la casa, para instruir, para decir SI o NO con firmeza, para acompañar, el idolatrar a los hijos y despreciar a Dios, fue lo que hizo que Elí perdiera todo por la inmoralidad de sus hijos y la indulgencia de él.

Además, cómo sus hijos tampoco honraron a Dios con su comportamiento, el Señor no los honró sino que quitó de la familia el sacerdocio, y Su Presencia no estaría. Su conducta también era influencia nociva para el pueblo de Israel. Sin honra a Dios no hay bendición, pero si hay corrección. "Verás angustia en mi morada. Y aunque a Israel se le hará el bien, ninguno de tus descendientes llegará a viejo. (V32)

Como padres tenemos una gran responsabilidad dada por Dios, quien vigila muy de cerca cada decisión, instrucción, corrección que dirigimos a nuestros hijos. El Señor como Padre nos enseña a hacer de la paternidad la fuente de Su gloria. Él es amoroso, misericordioso, bondadoso y su gracia es incomparable, pero a su vez es un Dios justo que corrige e imparte disciplina, Su gran amor por sus hijos lo mueve a no dejarlos a la deriva. "Pues el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo". (Hbr 12.6) 

*** Gracias Amado Padre, por mostrarme el modelo Perfecto de Paternidad, el cual me lleva a que sea Tú mi patrón a seguir. Ayúdame a entender que mis hijos me fueron entregados por Ti para que sean enseñados y guiados en torno a Tu Palabra; A asumir mis responsabilidades como lo has hecho conmigo.  Dame cada día un corazón fortalecido en Ti, para poder guiar con autoridad sin caer en severidad; Un corazón que te ame incansablemente para que mis hijos puedan ver en mí la imagen tuya a la cual deseen seguir, adorar y obedecer. A caminar CON PASOS FIRMES sin vacilar. Si fallo, Señor, que sea tu Santo Espíritu poniendo al descubierto mi error y llevándome a la corrección. Tus Palabras son Luz en mi caminar y me guiarán para llevar a mis hijos por tus caminos, y a hacer de ellos honra para Ti, mi buen Señor.

"Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal e invisible, al único y sabio Dios, sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (1Tim 1.17)

ALABANZA: "A TI SEA LA GLORIA"
"La honra a Dios se gesta cuando hacemos de la paternidad el camino al conocimiento de Dios" (Gracia)


*** Que el Espíritu de Dios te guíe a enseñar a tus hijos a ser dignos de honra para nuestro Dios.


Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. 
Que tu buen Espíritu me lleve hacia adelante con PASOS FIRMES. (Sal 143.10)



Dios te bendiga.











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