LO QUE ES, ES


"Todos rodamos por tierra. Y entonces oí una voz que me hablaba en arameo, y me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar de coces contra el aguijón.” (Hch 26:14)

LO QUE ES, ES

Desde la adolescencia, Mario cultivó el hábito de fumar, incluyendo, de vez en cuando, el consumo de alucinógenos. Siempre decía que lo tenía todo bajo control, como si la voluntad fuera suficiente para frenar una adicción. Pero con los años, el consumo se intensificó, y con él llegaron los primeros signos de alarma: una tos persistente, dificultad para respirar, cansancio injustificado, irritabilidad constante.

Encontraba excusas para todo. Atribuía sus síntomas al polvo del taller, a la contaminación de la ciudad o a un simple resfriado. A pesar de los diagnósticos médicos y las evidencias científicas que confirman que "el tabaco es nocivo para la salud", negaba, una y otra vez, que el tabaco era la causa de su deterioro físico. Se aferraba a la idea de que podía seguir como siempre, sin consecuencias reales. 

Mario luchaba contra lo evidente y se resistía a los resultados obvios: que fumar estaba afectando su salud. Sabía, en el fondo, que fumar estaba dejando marcas en su cuerpo, pero prefería evitarlas y no pensar en ello. Luchaba contra la verdad como quien patea una roca: "Dura cosa es dar coces contra el aguijón" (Mt 26:14). Pero por resistirse, su vida se había vuelto un caos. La resistencia a lo obvio no cambia el final, solo lo vuelve más doloroso.

"El que se empecina ante la reprensión acabará en la ruina y sin remedio" (Pv 28:1)

La naturaleza humana lucha constantemente con las grandes verdades de la vida. Construye un ideal del mundo que considera infalible, insuperable e inalienable, y dentro de esa verdad propia dirige sus acciones y sus decisiones. Las creencias que el mundo ha transmitido de generación en generación han echado raíces profundas en su ser, y a menudo se heredan sin filtro alguno. "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente" (Rm  12:2 NVI)

Sin embargo, en su interior, el ser humano mantiene una lucha constante contra verdades más altas, profundas y eternas: aquellas que no se amoldan a lo convencional ni cambian con el tiempo, sino que persisten para siempre. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mt 24:35).

Esta lucha representa la resistencia a aceptar lo evidente, lo que genera caos mental y conduce  a la inestabilidad interior. Para calmar la conciencia, muchos optan normalizar las ofertas del mundo y adoptar una posición neutral: "Sin carácter, me acojo a lo que venga"

En casos más radicales, hay quienes responden con violencia, defendiendo su territorio ideológico y sus propia leyes. Ante la amenaza de ver desmontadas sus formas de pensar, atacan con sevicia como mecanismos de defensa. Pero, en el fondo, esta actitud o reacción no es más que una negativa a aceptar que existe un Poder Supremo, uno que, aunque se intente ignorar y resistir, gobierna por encima de toda la creación.  Saulo lo entendió, y cayó de rodillas ante ese poder insuperable.

"Él, temblando temeroso, dijo: Señor. ¿qué quieres que yo haga? (Hch 9:6)

Este tipo de resistencia suele estar motivada por una necesidad de afirmación personal: reafirmar la identidad, sentirse superior, obtener reconocimiento o ejercer control. En muchos casos, también responde a emociones no resueltas como la inseguridad, el resentimiento o un ego desmedido. 

En los niños, por ejemplo, llevar la contraria puede convertirse en una estrategia para manipular o buscar atención, especialmente cuando las conductas opositoras son reforzadas con recompensas, o cuando se desarrollan ante entornos marcados por la crítica y la competencia. 

La rebeldía también puede surgir de conflictos internos, especialmente cuando el niño se ha criado con flexibilidad y, posteriormente, se le imponen normas. En este caso, se resiste a aceptar algo que le resulta desconocido y lo saca del entorno placentero al que estaba acostumbrado. Lo mismo ocurre cuando no hay coherencia en la enseñanza y corrección: si cada adulto transmite un mensaje distinto, el niño se confunde: muchos hablan, pero ¿Cuál es la verdad?

Es importante entender que la rebeldía no siempre es sinónimo de desobediencia. Muchas veces, el menor necesita verdades claras, estables y duraderas que le proporcionen seguridad y confianza. "Nuestra naturaleza carnal desea lo que está en contra del Espíritu y el Espíritu desea lo que está en contra de la naturaleza carnal. Los dos se oponen..." (Gál 5:17).

¿Contra quién luchaba Saulo? ¿Contra los cristianos o contra sí mismo? Muchas veces, lo que percibimos no refleja la realidad. Por eso, el Señor comienza nuestro proceso de sanación y liberación con el corazón humano, "del corazón salen los malos pensamientos,..." (Mt 15:19). "De el corazón mana la vida" (Pv 4:23). Asimismo, la muerte espiritual llega cuando se vive para agradar "al dios del mundo": "Satanás, quien es el dios de éste mundo, ha cegado la mente de los que no creen...Son incapaces de ver la gloriosa luz de la Buena Noticia..." (2 Cor 4:4)

Saulo de Tarso, desde su llamamiento hasta la conversión, atravesó un  proceso de maduración que lo mantuvo en una profunda lucha interna, "dando coces contra el aguijón", debido a su firme ideología religiosa y a la estricta formación que había recibido. Sin embargo, su proceso de convicción y convencimiento fue profundamente marcado por lo que observó en la vida de los primeros cristianos —algo que le resultaba difícil de aceptar o entender. "Cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio" (2 Cor 4:4)

No hay evidencia más poderosa que aquella de la cual se es testigo directo. La muerte de Esteban, así como la valentía de los cristianos al ser perseguidos y martirizados, no pudieron sino sorprender a Saulo, aunque dicha fe no encajara en su sistema ideológico. Es posible que escuchará acerca de la muerte y resurrección de Cristo y lo hechos posteriores, y que su batalla mental se agudizara tanto, que dio rienda suelta al asesinato de los cristianos. "Y cuando mataron a Esteban, tu testigo, yo estaba presente y estuve de acuerdo con que lo mataran. Hasta cuidé las túnicas de los que lo estaban matando”. (Hch 22:20)

La posición caprichosa del ser humano que puede derivar en comportamientos violentos, agresivos o irreverentes hacia otros o hacia lo sagrado— es el resultado de una mente empeñada en no aceptar la existencia de un Poder Superior que gobierna. Insiste en dar patadas, como lo hacen los caballos o bueyes cuando se resisten, pero sin resultado alguno, porque lo que es, es.

El aguijón puntiagudo siempre estará allí, punzando, porque su función es guiar, corregir y formar. Así también lo hace la Palabra de Dios y Su plan eterno, los cuales no son modificables ni opcionales. Ignorarlos es como dar coces al aguijón: un esfuerzo inútil que solo traerá frustración, dolor y rebeldía. Esa resistencia llena el corazón de soberbia y resentimiento, causando daño tanto a uno mismo como a los demás. Es inútil y doloroso resistirse a lo que es más fuerte que nosotros, en especial cuando se trata de la voluntad de Dios, Su poder y Soberanía. 

La Verdad no cambiará por negarla, y ni el silencio, la violencia o el mucho ruido pueden esconder lo evidente ni evitar las consecuencias que trae a la vida de quienes la rechazan. "De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan" (Sal 24:1)

Saulo luchaba contra el cambio de pensamiento; su mente y corazón resistían a aceptar lo que los hechos claramente mostraban. Una confrontación mental o disonancia cognitiva lo volvía cada vez más violento, agresivo y dominante. Sin embargo, "el Señor todo lo usa para bien" (Rm 8:28), ...y en el caso de Saulo, esa lucha lo condujo a una conversión inmediata. No dudo, ni lo pensó dos veces. No cuestionó ni huyó; simplemente vio y escuchó, y su reacción fue de total rendición, gracias al poder del Espíritu de Dios que obró en él. "...de repente una intensa luz del cielo brillo alrededor de mí". 

El poderoso Saulo a quienes todos le temían— cayó rendido a los pies de Cristo al oír Su voz. Una frase del Salvador cambió su historia para siempre: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?, (Hch 22:7). Y desde ese momento, nada fue igual. 

¿Quién eres, Señor?    (Hch 22;8)

A veces, el ser humano, cegado por su carácter egoísta y arrastrado por su voluntad y por sus creencias contrarias a Cristo, se mantiene en una posición inflexible frente al llamado de Jesús. Cree, pero por temor al cambio o a ser objeto de críticas malintencionadas, permanece indiferente a lo evidente:  que necesita dejar de luchar en sus propias fuerzas y ceder por entero el control de su vida a Rey y Creador del universo. Debe entregar su trono a quien verdaderamente le pertenece: Cristo Jesús

Lo que es, es, y batallar contra la Verdad es perder tiempo y fuerzas, porque el Señor tiene un propósito para cada vida. Su plan es único, y ha sido diseñado para cumplirse. Alejarse de ese plan y de la voluntad de Dios solo trae confusión, vacío y frustración. "Yo te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir, te aconsejaré y pondré mis ojos en ti" (Sal 32:8)

El Señor Jesús, se lo dijo a Saulo camino a Damasco: "Saulo, Saulo. ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón" (Hcho 26:14) Ante verdades tan claras e irrefutables, solo queda por hacer lo que Saulo hizo:
 
"Señor, ¿Qué quiere que yo haga? ( Hch 6:6)

Bendito seas, Señor y Salvador nuestro, que permites que tu verdad rompa el velo de la indiferencia y disipe la neblina que opaca el brillo majestuoso de tu presencia en nuestra vida. Tu amor nos cubre y nos da libertad; en Ti tenemos una nueva vida hasta el final. Te pedimos, Soberano Dios, que alejes todo aquello que endurece nuestro corazón y nos hace perdernos en los laberintos del engaño y la confusión. Brilla Soberano Rey, en nuestras vidas, y crea en nosotros un espíritu dócil y dispuesto a honrarte y a servirte. Te amamos, Señor. En el nombre de Jesús. Amén.


Que el Espíritu de Dios te lleve a reflejar una vida cristiana transparente e intachable, como la de Jesús.

El Señor te bendiga.


Psicóloga Educativa Infantil Cristiana
Estudiante de Teología Reformada
"Tu amor me encontró"
Es Su Gracia

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