DESDE LEJOS



 "Pero al ver el fuerte viento, tuvo MIEDO; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: 
¡Hombre de POCA FE! ¿Por qué DUDASTE" (Mt 14.30-31)

DESDE LEJOS

Más de mil millones de neuronas, 1500 gs de peso con relación a todo el peso corporal, 1350 cm3 de capacidad, el cerebro es el órgano más sorprendente y maravilloso de los órganos. Mantiene un consumo de energía por encima del sistema esquelético en reposo. El cerebro controla funciones del cuerpo como, la respiración, la frecuencia cardiaca, la digestión, la temperatura, los cinco sentidos y el movimiento. Permite el pensar, comunicarnos, gestionar emociones y formar opiniones, entre muchas otras que son vitales para el ser humano.

Dentro de este enjambre de acciones son los procesos intelectuales, la inteligencia la que le da una categorización superior en relación con cualquier otra especie. El cerebro controla funciones, pero en ciertas áreas es el ser humano, haciendo uso de su capacidad de inteligencia y toma de decisiones, quien establece fronteras y alimenta ciertos funcionamientos indispensables para el buen desenvolvimiento de acuerdo a las circunstancias que le presenta el medio ambiente. "pues como piensa dentro de sí, así es..." (Pv 23.7)

Cuando el ser humano permite que ciertos elementos nocivos entren y manipulen sus funciones, se hace vulnerable, hipersensible y presa de ideaciones que le harán perder el dominio propio, vivirá sujeto a ellos cambiando notablemente el sentido y propósito que Dios estableció para su vida. Al dejar a un lado lo constituido desde su creación traerá un caudal de pensamientos que lo mantendrá en incertidumbre, que lo llevará cada vez más lejos de su centro de Vida, Cristo. "...transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto." (Rm 12.2)

Cuando la duda llega, y nos quedamos inamovibles ante su presencia, en estado de inercia, recibiendo lo que nos trae, poco a poco se es invadido por sentimientos de inseguridad, temor, que excluyen la Verdad, y sin ella quedamos a la deriva, solos y sin el ancla que nos sostiene y da dirección.

Es así que al afrontar circunstancias trascendentales en la vida, se sucumbe o se hace dispendioso e imposible dar respuesta a ellas. Se atravesará valles muy sombríos antes de dar solución a algo. Los problemas lentamente consumen, desatando situaciones que afectarán la salud mental y física de la persona. Además, el cerebro experimentará una especie de bloqueo, letargo, que inhabilitará la intervención o el accionar de Dios. «Destruiré la sabiduría de los sabios   y desecharé la inteligencia de los inteligentes». (1Cor 1.19).

Cuando soportamos o edificamos nuestra vida a partir de la inteligencia, capacidades y autosuficiencia, automáticamente excluimos a Dios de ella, puesto que el Señor no puede habitar en un corazón que no requiere de su ayuda, y el cual está habitado por cosas ajenas a Sus principios. Además, Él actúa no con base en nuestras grandes capacidades y mecanismos de gestión. Las matemáticas de Dios funcionan a la inversa, sus pensamientos son muy contrarios a los nuestros, "para crecer debemos restar" y "los últimos serán los primeros". "Así que los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros." (Mt 20.16)

No son nuestras grandes capacidades, o el nivel alto del coeficiente intelectual, o el paso por la academia, o las muchas buenas obras que hagamos, aunque son importantes no lo es todo. Lo principal se basa en, "El principio de la sabiduría es el temor al Señor. Quienes practican esto adquieren entendimiento y alaban al Señor toda su vida. (Sal 111.10). La duda, viene cuando perdemos este enfoque, dejamos de mirar a Jesús por mirarnos nosotros mismos y todo lo que nos rodea.

Mientras tanto, los discípulos se encontraban en problemas lejos de tierra firme, ya que se había levantado un fuerte viento y luchaban contra grandes olas. (Mt 14.24)

"LEJOS DE TIERRA FIRME", sin seguridad, acosados por la circunstancias, sin saber que decisión tomar, cuando la oscuridad cada vez es más densa y no se ve una salida, o una mano que nos pase a otro lado. Inmersos en este caótico paisaje, es cuando viene el momento más grande y trascendental para nuestra vida, el encuentro con Nuestro Salvador, con Jesús. Quizá ese viento fuerte, esa tormenta inesperada que llegó desacomodar, sacándonos de la zona de confort, esa piedra en el camino que obstaculizó el avance, forma parte del plan de Dios, al igual que la duda y la inseguridad de Pedro, fueron parte de ese mismo plan. 


Para la mente humana natural sería ilógico que Jesús pudiese ver a sus descípulos a tal distancia, en la oscuridad de una noche de tormenta, Sin embargo nada de esto impidió que Él fuera donde estaban ellos, sin importar la hora, el tiempo o la forma, Jesús vio la barca en que se encontraban y sin pensarlo fue en su auxilio, "Pero ya cerca del amanecer Jesús fue hacia ellos caminando sobre las aguas." (Mt14.25)

El Señor Jesús nos trae HOY su voz de sosiego y esperanza. Cada nuevo día viene y renueva su misericordia, nos trae cosas nuevas para los que han creído y confiado en Él. Dios no repara en gastos ni rehabilita o resana, ni se limita, TODO LO HACE NUEVO, nos da una nueva vida, nos renueva junto con el alba de cada amanecer. En silencio camina hacia nosotros para darnos esperanza cuando no encontramos salida a las dificultades. Pero para esto debemos disponer el corazón, la mente, educar nuestras conexiones cerebrales, y mientras llega debemos prepararnos fortaleciendo nuestra fe, erradicando todo aquello que la opaca. "Echad sobre Él toda vuestra ansiedad, porque Él tiene cuidado de vosotros" (1P 5.7)

 "Pero enseguida Jesús les dijo: 

«¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!» (Mt 14.27)

La duda, "Pedro le dijo: «Señor, si eres tú,...", nos muestra la realidad del hombre natural, que ante cualquier obstáculo se rinde y pierde el enfoque. Quien cede a sus emociones y se hace vulnerable a los azotes de los vientos fuertes, los cuales traen inestabilidad. En esta condición solo le queda esperar a ser lanzado fuera de la barca y hundirse en el mar de dificultades. "manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas.» (V28); Como también cierra el corazón a la Presencia de Dios; no lo ve en la cotidianidad y hacer de Él una falacia y/o un ser con poderes fantásticos, "Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre las aguas, se asustaron y, llenos de miedo, gritaron: «¡Un fantasma!» (Mt 14.26)Pero el Señor con total autoridad y viendo en lo profundo del corazón de Pedro, le dijo:

"¡VEN!" (V29)

Al igual, nos lo dice a nosotros HOY, baja de esa barca que es azotada por la fuerte tempestad, fija tus ojos en mí, que nada te distraiga, y VEN, camina sobre las aguas, sobre tus problemas, sobre todo aquello que te roba la paz.  

Es la duda la que trae inseguridad y genera miedo, y este a su vez genera ansiedad y  debilitamiento de nuestras fe. Una reacción en cadena de emociones fluyen cuando son estas las controladoras de nuestra vida. Cualquier "piedrita" nos hunde, pero soportar nuestros pies en la Gran Roca, que es Cristo, nos lleva a obedecer y caminar sobre las aguas enfurecidas de la vida. "Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. (Mt 14.30a)

¡SEÑOR, Sálvame!

HOY el Señor no invita a confiar y no temer; A arriesgarnos y en fe cruzar sobre las aguas; A echar fuera todo tipo de duda para no ser victimas del temor, como le sucedió a Pedro quien afrontó una "batalla en su mente". Sucumbir al espíritu de miedo lleva a que se genera crisis espiritual y emocional. Nos hacemos impulsivos, irrisibles, neuróticos, excesivos y obsesivos, opacando el enfoque hacia la meta, y causando hundimiento generalizado. "El señor Jesús le dijo "Hombre de POCA FE! ¿Por qué DUDASTE" (V31b)
Jesús, el Rey de Reyes, nuestro Único Dios Verdadero, en medio de la avalancha de circunstancias que apuntan a derribarnos, nos ve DESDE LEJOS, viene y nos tiende la mano, nos levanta, sacándonos en el momento propicio, en Su tiempo calma el viento y nos conduce a aguas de reposo, "Al momento Jesús, extendió la mano, asió de él,..." (V31a).

*** Gracias amado Señor, por hablar HOY a mi corazón, por mostrarme cómo a través de cada circunstancia haces Presencia, me enseñas a tener valor, a no dudar y a mantener mis ojos fijos en Ti. Hoy reconozco que los vientos fuertes no fueron más que el momento propicio para nuestro gran encuentro, ahí te revelaste en toda tu gloria y esplendor. Llévate todo aquello que oscurece mi percepción y enturbia mi mente, no dejando que vea tu mano que viene a rescatarme cada día. Te amo Dios eterno, mi Salvador, quien en medio de la tormenta, DESDE LEJOS y en la oscuridad más intensa me viste, atravesaste los mares para llegar a mí. Enumerar tus bendiciones sería imposible, y contar tus maravillas en unas cuantas palabras no podría. Pero, expresar mi amor por Ti, lo haré mientras tenga oportunidad, es lo que sacia mi alma y alimenta mi corazón. Te amo, Jesús, por ser mi Dios y mi Salvador.

"¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. 
El SEÑOR es mi fuerza, el SEÑOR es mi canción; 
¡él es mi salvación!." (Is 12.2)

A mi Amado Salvador, que me vio DESDE LEJOS en medio de la tormenta y no dudo en venir en mi auxilio, sea la honra y gloria, SIEMPRE. Amén

ALABANZA: "TE AMO MÁS QUE A MI MISMA VIDA"
"Las fuertes tempestades, anuncian el encuentro con Jesús" (Gracia)


*** Que el Espíritu de Dios te permita ver al Señor Jesús que viene en tu ayuda.
"Tú eres mi refugio y mi escudo; 
tu palabra es la fuente de mi esperanza." (Sal 119.114)

Dios te bendiga.

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