BAJO CIELOS ROTOS
Él calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro; las olas del mar se aquietaron Entonces se alegraron por la calma, y los guio hasta el puerto deseado" (Sal 107:29) BAJO CIELOS ROTOS Los nubarrones oscuros, el viento que sopla con fuerza y los sonidos que retumban en el cielo anuncian la llegada una fuerte tormenta. Las hojas de los árboles son arrancadas sin piedad y flotan en el aire hasta golpear el suelo sin compasión. La gente corre, intentando huir del viento que la sacude; los vehículos quedan atrapados sin encontrar salida, y las calles se enredan en un lazo de congestión imposible de desatar. La tormenta no avisa: irrumpe insolente, robando la tranquilidad de todos sin razón. No escatima su fuerza ni elige a quien atacar; avanza con furia, dejando caos en su andar. Nadie se salva de su ímpetu, nadie puede esconderse de su traición. Derriba al incauto que no tiene protección, pero al concluir su remezón ha fortalecido a quienes caminan con cautela y se ...