MURMULLOS OSCUROS
MURMULLOS OSCUROS
La tortuguita Josefa, vagaba por el bosque. Había estado fuera desde la mañana y no sabía cómo volver a casa. Cansada, se sentó al costado del camino sin idea de qué dirección tomar. Al mirar a lo lejos pudo ver a su "querida" y "simpática" prima Lola que se aproximaba. Nadie quería estar cerca de ella porque pensaba que era única y la mejor de la manada. Envidiaba a Josefa porque tenía lo que a ella le faltaba, belleza, simpatía y amor por los demás. La maldad hizo presencia en el corazón de Lola cuando vio a su prima triste en el camino, entonces le preguntó: - ¿Qué hace prima? -Busco el camino de regreso a casa, le respondió Josefa con tono melancólico. Sin pensarlo dos veces, le indicó: - Sigue el camino que conduce a esa arboleda y lo hallarás. El problema radicaba en que Josefa ya conocía la maldad de su prima; aun así, aceptó su consejo. Caminó por un largo trecho, cada vez más espeso y oscuro, hasta que estando en la penumbra sintió el vacío que la llevó al fondo de un profundo estanque. Lástima, es una pena que Josefa cayera y quedara atrapada en el lodo y la suciedad. Estando en sus últimos momentos, pensó: "Moriré conociendo la verdad, pero no queriendo aceptarla". Escuchar es sencillo, pero saber a quién se escucha es realmente de sabios. (Fragmentos del cielo- Gracia)
Sin duda, uno de los mayores problemas que enfrenta la humanidad es la falta de perspicacia en la escucha. Demasiado ruido, baja percepción y, por lo tanto, deficiente selección. Mucha información entra por los oídos y con base en esto se forjan las decisiones de la vida. La saturación audiovisual es tan elevada que al final el ser humano queda atrapado en el "fondo de un estanque" diciendo a todo "sí, me gusta", sin pensarlo dos veces. Sin un regulador de información interno en el ser humano, se corre el alto riesgo de caer en el juego de informático que lleva a manipular nuestros sentidos sutilmente. "El inteligente adquiere conocimiento, el sabio escucha atentamente para encontrarlo. (Pv 18:15).
Génesis 2 relata una historia muy conocida por todos, la Caída de la Humanidad por el pecado cometido por Adán y Eva. Todo transcurría normalmente, nuestros primeros padres gozaban de las bendiciones de Dios. Tenían todo en Edén, pero tenían obligaciones que cumplir en un paraíso que les fue dado para cuidar y habitar de acuerdo a la dirección de Dios, "Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara," (Gén 2.15 TLA). Obedecer era básico, "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;" (Gén 2:17a RV), como también, expandir la creación, o sea llenar con sus generaciones el mundo, "... No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (V18b RV).
Desde luego, Dios tenía un propósito con todo esto, hacer del mundo apto para poder habitar y reinar en él. Todo era perfecto, "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que ERA BUENO EN GRAN MANERA..."(Gén 1:31b RV) hasta que llegó la maldad con todo su ejército, e invadió la mente de Eva. La astucia de Satanás, ejemplificado como una serpiente, quien manipuló el pensamiento de Eva en primera instancia, puesto que él sabía la influencia de la mujer en la vida del hombre, Adán. Y cuando llegó la tentación, lo hizo también la desobediencia, y así entró el pecado al mundo, el deterioro y la destrucción de la obra perfecta creada por Dios.
El deseo natural del ser humano es hacer su voluntad, que nada le impida cumplir sus deseos, y Adán y Eva no fueron la excepción, decidieron confiar en la voz de un desconocido, sin poder ni autoridad, escucharon a quien no debían, siguieron sus instrucciones y cayeron, no solo ellos, todos nosotros fuimos afectados por tal decisión. Decidieron rechazar la voz de Dios e hicieron caso omiso a sus decretos, a Su provisión e instrucciones, por escuchar voces que los llevó al destierro y a la muerte eterna, retrasando así, por la maldición recibida, el propósito de Dios para la creación, "Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho" (Gén 3:23 NVI).
Este es el peligro de una escucha sin regulador de entrada, y este filtro lo pone la Palabra de Dios. Como ovejas del rebaño de Jesús, estamos en capacidad de oír y reconocer la voz de nuestro Pastor, Solo Su voz debemos oír y solo a ella debemos seguir. Si decidimos escuchar voces ajenas a la del Pastor sucederá lo mismo que a Eva, nos seduce el mal,"...las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre..." (Jn 10:3 NTV).
¿Cómo llega el mal a nosotros?, una conversación inapropiada o una lectura sin filtro de selección, un consejo equivocado, la pérdida de refinamiento auditivo en la selección de la música y vídeos, conlleva acciones que nos sacan de la cobertura de Dios y nos conducen a vivir como exiliados en una tierra que fue creada para nosotros. Acciones que van en el detrimento de la persona y de los que están cerca de ella. La caída de Adán y Eva afectó a toda la humanidad, la caída nuestra afectará a nuestra familia, amigos y muchas veces a nuestra sociedad. La mesa está servida, pero es Dios quien nos da libre albedrío, para que decidamos qué "comer" y "beber", o sea de qué alimentaremos nuestra mente y corazón. "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás" (Gén 2:17 RV).
A menudo se piensa que lo que escuchamos y vemos no nos afecta, pero debemos tener en cuenta que el pecado entró al mundo por medios del oído, lo que llevó a una acción que provocó la desobediencia a Dios. Es similar con nosotros cuando decidimos seguir cuentas y ver películas inapropiadas por Internet, las noticias repetitivas en la televisión afectan las emociones, el estado de ánimo y conversaciones insanas llevan a cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Las malas costumbres de otros son transmitidas fácilmente cuando pasamos tiempo con ellos, esto es indicativo de que aceptamos su deplorable vida y la asumimos como “normal”, “No se dejen engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres" (1Cor 15:33a). Al igual, cuando buscamos consejo primero en personas y no recurrimos a la fuente de sabiduría, Dios. Nuestras creencias están constantemente bajo ataque debido al propósito de Satanás, y si escuchamos con frecuencia el discurso de personas que niegan la existencia de Dios, y negar a Dios es como negarse a sí mismo, puesto que Él, como Creador, es dueño y Señor de todo, podemos ser influenciados por su palabrería, "ni den oportunidad al diablo". (Ef 4:27)
"¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar" (1P 5:8)
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