RETROCEDER NUNCA

 

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. (Hbr 10.39)

RETROCEDER  NUNCA

Es comprensible, que los sucesos ocurridos durante el período de 1914 hasta 1945, en lo que respecta al holocausto nazi, hayan dejado lesiones físicas, psicológicas, espirituales y sociales en todo aquel que fue actor directo como indirecto del conflicto. Pero, más que un problema bélico-político, este evento se diseminó de tal forma, que irrumpió con violencia y en forma directa en la vida de personas, alterando su ciclo de vida. Secuelas muchas, recuerdos que se quisieron borrar bastantes, pero aún así, los sobrevivientes lograron de alguna forma retomar sus vidas tratando de alejarse, de alguna manera, del centro del conflicto, para no recordar aquella barbarie que vivieron.

Retroceder en el tiempo, es volver a vivir el pasado, lo cual es como vivir dos o más veces lo sucedido, esto descarta un presente de bendiciones por volver a las ruinas que traen la desolación. El Señor es muy claro cuando nos dice: "Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado..." (Isa 43-18a). Cuando el ser humano llega al conocimiento de Jesús, es porque ha decidido soltar para recibir lo que Él ofrece, incluyendo el pasado,  independiente de lo vivido. Dios necesita reconstruir, hacer una obra nueva, y no la hará sobre escombros o construcciones que no han tenido su diseño, debe limpiar para levantar. 

Entonces, desde este punto, es que el ser humano hallará el valor del propósito de Su venida y muerte y resurrección. Le dará importancia a la Palabra de Dios desde la Creación, Génesis, hasta la culminación Apocalipsis. Dios no se equivoca, y su plan para cada uno de nosotros es perfecto. Está estructurado de manera detallada, y en cada palabra, escrita por hombres pero bajo su guía, se encuentra el plan para nuestra vida. "Para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Jn 20.30-31)

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure...." (Jn 15.16)

Debemos saber que nuestro encuentro con Jesús no fue casualidad, ya estaba establecido desde antes. "...Yo los escogí a ustedes..." (Jn 5.16). Y no por ser los mejores, sino al contrario, "y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios" (1Cor.1-28a). Por gracia y misericordia, Dios nos sienta a su mesa, y nos hace partícipes de todos los tesoros celestiales y nos invita a ser parte de su reino.

Esta entrada triunfante de Dios a nuestra vida, es la mayor bendición que puede recibir una persona. Él trae consigo todo NUEVO, una vida nueva que solo Él puede dar. Todo empieza en el momento que decidimos decir, SÍ ACEPTO. Así se abre paso al desalojo de ruinas que han quedado al llevar una vida sin sentido, formadas al estar alejados de Dios. Conjuntamente entra la vida nueva, con propósito, que se erige a partir del conocimiento de nuestro Creador, Su Verdad y nuestra fidelidad hacia Él. "Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves?..." (Is 43.19)

Es de esta manera, que lo inservible se hace servible; Lo "muerto" recobra vida; Lo inútil adquiere utilidad y lo rechazado es aceptado. Hay un retorno del ser humano al plan de Dios original, y al propósito para el cual fue creado, el cual es vivir para darle honra y agradarle a Él. "YO voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer..." (Is 43.18-19) 

Queridos amigos, si seguimos pecando a propósito después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados. (Heb 10.26)

Pero HOY el Señor viene a advertirnos y a animarnos. Regresar al estado de antes, después de conocer la Verdad, de vivir la experiencia de ser cercanos a Dios; no es posible, puesto que "no se puede cruzar el mismo río dos veces, porque el hombre ni el agua son los mismos". Puesto que ahora sí hay un conocimiento previo, y si se peca es por negligencia, necedad y desobediencia. Pero, lo que sí es posible es que dos situaciones se hagan evidentes si se  involuciona: Se cae a abismos más profundos de los que Dios nos saco o jamás fuimos alcanzados por la Verdad, pero se intenta actuar premeditadamente como una forma de evadir la realidad. "Más les valdría no haber conocido este santo mandamiento, ni saber de qué manera quiere Dios que vivan, que saber esto y no obedecerlo" (2P 2.20)

Debemos tener claro, que Jesús murió una vez y para siempre Hbr 7:26-27 , y esta muerte nos dio libertad al redimirnos del pecado. Ya no habrá más sacrificios, entonces quién nos librará, "ya no queda ningún sacrificio que cubra esos pecados". Un solo sacrificio una sola muerte expiatoria, y si se peca aún conociendo la Verdad, o sea, se rechaza a Cristo consciente y deliberadamente, ¿Entonces, quién se pondrá como escudo para protegernos del juicio de Dios? "Sí seguimos pecando a propósito..." "Voluntariamente" (Hbr 10.26a). "Piensen, pues, cuánto mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios..." (V29)

Porque siendo salvos, habiendo escuchado y entendido el mensaje de salvación, sabiendo que en esa gloriosa cruz, Cristo entregó Su vida de manera injuriosa, y en soledad dio Su último suspiro por nosotros, el retroceder desfigura y niega el propósito de Su muerte. "Fue oprimido y afligido, pero no pronunció ni una sola palabra de queja. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, o abrió la boca"  (Is 53.7) 

Entonces, sabiendo que no se debe hacer y se hace, nos hace apóstatas o desertores de la fe, y como Judas, traicionamos al Dios que por gracia envió a Su Hijo a Salvarnos. Hacemos de la muerte de Cristo innecesaria, inservible, convirtiéndonos en mentirosos al no dar testimonio certero de la Verdad, y si nosotros lo somos también lo será Aquel a quien seguimos.  Se deestruye la reputación del Evangelio de Cristo, y le roba la gloria a Dios como la integridad de Su Palabra. ¡Terrible! Como el mal testimonio de la Verdad puede dañar lo que con amor se creó. "Si decimos que somos amigos de Dios y, al mismo tiempo, vivimos pecando, entonces resultamos ser unos mentirosos que no obedecen a Dios" (1Jn 1.1)|

Es por eso que debemos ser cuidadosos cuando hacemos del Dios vivo y Su Palabra un hábito.  Rutinas mecánicas y sin sentido, como autómatas nos hacemos cristianos nominales. De esta manera se desensibiliza el corazón a la voz de Dios. Cristo no vino para que tuviésemos una vida de fantasía o inventada, sino un vida real y verdadera, con sentido, Él es ese sentido. Lucir trajes blancos pero con el interior en ruinas y escombros, tergiversa el objetivo de lo sucedido en la cruz y después de ella. El Escritor de Hebreos nos advierte en su carta el peligro que trae la apostasía en la vida del creyente. El actuar deliberadamente, es actuar a las espaldas de Dios, quien todo lo ve. 

Cuando Cristo llegó y reemplazó el pacto antiguo, y nos da un nuevo pacto superior, en Jesucristo. El sacrificio de animales cambio, por un nuevo sacrificio, el de Cristo. Los creyentes del pueblo judío, sin embargo aferrados a su pasado continuaron sus viejas tradiciones, en sus rituales sin sentido, adheridos a las ruinas del viejo pacto. De esta manera rechazan la Verdad de la muerte de Cristo, que nos limpia del pecado. Ya no se mira a Cristo como el Redentor Salvador, como el único camino para llegar a Dios, sino que incluyen objetos, personas distintas de adoración y como instrumentos de salvación, despreciando la muerte de Cristo. Al  hacerlo invalidan Su muerte, no quedando sino el juicio de Dios para todo aquel que rechaza a Su Hijo. "¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! (Hbr 10.31)

Sin embargo el amor de Dios no se hace esperar, "...porque el amor cubre infinidad de pecado" (1P.4.89), Nos invita HOY a no RETROCEDER NUNCA, a mantenernos firmes, así como lo hicieron sus seguidores en la antigüedad, que a pesar del sufrimiento, "lo aceptaron con alegría" porque sabían que cosas más grandes estaban por venir "...que durarán para siempre"(V34b); a tener presente siempre de dónde nos sacó Dios y toda la obra que ha hecho en cada uno de nosotros, pero en especial la sustitución de Su Hijo por nosotros. Después de recibir tal bendición, no hay espacio para la destrucción, no fuimos preparados para esto, sino para cosas mucho más grandes. Fuimos instruidos bajo el poder la gracia de Dios para ser fieles y llevar con honor el distintivo de Cristo como nuestro Salvador. "Acuérdense de los primeros tiempos, cuando recién aprendían de Cristo" (Hb 10.32). 

Sabemos que son muchos los obstáculos que nos invitan a retroceder, pero sabemos que son más los que nos hace mantenernos confiados en el Señor. Mientras se mantenga el fuego encendido de pasión por Cristo a través de la iluminación de Su Santo Espíritu, nada podrá hacer que el pecado, la duda, el temor nos desvíe del camino. Dios no nos ha traído hasta aquí para volver atrás, así que, ¡RETROCEDER JAMÁS! "Y estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios. Rm 8:35.39 

Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido. (Hbr 10.36)

*** Gracias Amado Salvador, por recordarme que la fidelidad en Ti mantiene viva mi alma, y que retroceder no está contemplado en el plan de vida que diseñaste para mí. Ayúdame a ser un fiel testimonio tuyo, y de tu obra redentora. Porque allí, en cada pensamiento tuyo, estaba mi nombre. Nos recordaste hasta tu último aliento. Bendito seas Dios de gloria, que no dijiste no al morir, sino que aceptaste entrar al camino de sufrimiento con un solo fin, abrir un senda para nuestra redención. Cómo no amarte mi amado Señor, si cada lágrima tuya, las diste por mí. Ahora, como agradecimiento, decido caminar por la senda de la vida confiad@ en Ti, sin mirar atrás, firme iré. Porque nada podrá separarnos de tu amor, y abrazados caminaremos hasta el final. En Jesús oro. Amén

Mis justos vivirán por la fe.
    Pero no me complaceré con nadie que se aleje» (V38)

A mi Salvador, que vino a cambiar la historia de mi vida, sea la Honra y la Gloria. Amén

"Si retroceder implica negar la cruz de Cristo, entonces no se está preparado para alcanzar el cielo" (Gracia)


* Que el Espíritu de Dios fortalezca tu alma y te mantenga firme en el camino del Señor.


"No pierdan la confianza,
que lleva consigo una gran recompensa" (Hbr 10.34)

Dios te bendiga.

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