EN POSICIÓN DE BATALLA

"Cuando salgas a luchar contra tus enemigos y te enfrentes con caballos y carros de guerra y con un ejército más numeroso que el tuyo, no tengas miedo. ¡El Señor tu Dios, quien te sacó de la tierra de Egipto, ESTÁ CONTIGO! (Deu 20.1)


EN POSICIÓN DE BATALLA

Las batallas o luchas se podrían definir como encuentros entre dos combatientes o fuerzas, ya sean físicas o espirituales, o acciones ofensivas en una guerra. Como también asocia con dificultades, conflictos o situaciones de difícil manejo, o estado de ánimo que se manifiesta en inquietud o agitación. Sin embargo, la batalla para un creyente en Jesucristo es mucho más que una lucha entre dos o más bandos, es una realidad en cada persona, puesto que a través de ella se revela la luz el evangelio y el poder de Cristo. "Te basta con mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad"..." (2Cor 12.9)

Se debe tener claro que tras una batalla hay un actuar previo y unos implicados que se deben conocer. Es la razón por la cual El Señor nos invita de manera constante a la preparación. Estar alertas vigilantes, "sed sobrios, y velad;.." (1P 5.8). La sobriedad es estar serenos, lúcidos y ser prudentes para poder ver y escuchar con  claridad la instrucción de Dios y hacer uso de la armadura de la fe, como Él nos enseña. Igualmente, practicar el arte de la observación para ver la vida desde la perspectiva  divina. "Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible,..."Efesios 6.10-18 

Esta preparación sostiene a la persona en medio de toda ferviente batalla, como también la que la lleva a estar en paz y entrar en el reposo de Dios, aún en medio de los conflictos externos como internos. El elemento principal que no debe faltar en su kit de supervivencia es LA ORACIÓN. El estar conectados con Dios, el entregarnos continuamente a ella, ya sea antes, dentro y después de las batallas nos prepara, mantiene firmes, y nos sostiene. La oración es el arte de pelear de rodillas, donde nos rendimos a la voluntad de Dios. La influencia externa, los consejos de otros funcionaron para ellos, pero no es una constante, pero la dirección y guía de Dios es básica, puesto que Él conoce cada corazón, hechura somos de Sus manos. "Díganles a las naciones: «¡Prepárense para la guerra! ¡Movilicen a los soldados!  ¡Que todos los hombres de guerra se preparen para la batalla! (Joel 3.9)

Es evidente, que el ser humano por naturaleza, suele centrar su atención en la búsqueda de tranquilidad, esto es comprensible, y este deseo lo lleva a hacer todo lo que esté a su alcance para compensar esta necesidad. Es así que basa su objetivo principal en el suplir y en el tener, tanto bienes materiales como sopesar las emocionales. Usa el tener como fuente de paz, condicionando de este modo la respuesta ante los cambios y circunstancias inesperadas vividas cotidianamente. "Sobre toda las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida"  (Pv 4.23) 

El resultado ante estrategias con objetivos desfocalizados, traerá nuevos problemas como es el estrés por angustia e incapacidad para darles solución. En ese sentido, entrar a batalla con este tipo de estrategia, o sea siendo controlados por el problema, es perder por anticipado, puesto que esta tiene un pre, o sea hay unas acciones previas que se debe considerar principalmente, "Cuando te prepares para una batalla, el sacerdote saldrá a hablarle a las tropas y les dirá: “¡Préstenme atención, hombres de Israel! ¡No tengan miedo cuando salgan hoy a pelear contra sus enemigos! No se desanimen ni se asusten, ni tiemblen frente a ellos". (Deu 20.2-3)

Dentro de los elementos que debemos tener en cuenta como estrategia para la batalla es el CONOCER. Y para conocer se debe estudiar, profundizar, escudriñar, tanto al enemigo como la forma como lo vamos a enfrentar; Conocer "el terreno", el plan y Su Creador, esta es nuestra tarea. Así se evitarán luchas sin sentido, fatigas eternas, y derrotas de "muerte". "Que mi enseñanza caiga sobre ustedes como lluvia; que mi discurso se asiente como el rocío. Que mis palabras caigan como lluvia sobre pastos suaves, como llovizna delicada sobre plantas tiernas. " (Deu 32,2) Aquí la negligencia, el facilismo y esperar a que otros hagan lo que nos corresponde no es viable, se terminará con manos vacías y tendidos en el campo de batalla, muchas veces sin haber empezado. "Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. (2Tim 3.15)

Debemos saber que las batallas físicas o literales, o sea todas aquellas circunstancias que debemos enfrentar a diario, y que  en varias ocasiones se salen de nuestras manos, traen propósitos divinos, los cuales  debemos aprender a reconocer, con la ayuda del Espíritu de Santo. Los conflictos internos hacen de la vida un campo de combate, los cuales utiliza Dios para cambiar, quitar y empezar de nuevo. Muchas cosas cambiaran, no seremos iguales después de una batalla, pero los resultados dependen de la perspectiva que se mire y la guía que se aborde. El caótico accionar que genera la batalla no define el fin de nuestra historia. Este es definido por Dios y lo que nosotros hacemos para corresponder a Su gracia, amor y bondad. Y es que Dios nos presenta un Plan Perfecto para que estemos EN POSICIÓN DE BATALLA en todo momento, y el obedecerlo fielmente marca el rumbo de nuestra existencia. "En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes" (Ef 4,23)

Que el miedoso diga: “Soy valiente”. Vengan rápido, naciones vecinas, y reúnanse aquí». ¡SEÑOR, trae a tus soldados! (Joel 3. 10b-11)

Indudablemente, el Señor es muy claro al respecto cuando nos dice "Cuando te prepares para la batalla", o sea cuando la estemos planificando, organizando, y esto es cuando estudiamos las Escrituras y entramos en oración permanente. Este es el momento de capacitación celestial, donde Dios nos adiestra con antelación para lo que podría venir. Debemos llegar a esta preparación seguros y confiados de que el Creador del cielo y de la tierra, y de todo cuanto existe es quien se encargará y tendrá el control de nuestras luchas. El Señor nos prometió Su cuidado y defendernos del enemigo, y debemos confiar que Su promesa se cumplirá. El temor es el principal enemigo de la victoria, como también la desobediencia e indisciplina. La confianza en Dios es nuestra mejor aliada. "¡Pues el Señor su Dios va con ustedes! ¡Él peleará por ustedes contra sus enemigos y les dará la victoria!”. (V4)

La PLANIFICACIÓN, es otro elemento notable en arte de enfrentar batallas. De ahí surgen las ESTRATEGIAS de defensa. Entonces, aquí viene la pregunta: Pero ¿¡Los problemas siempre llegan de sorpresa!? Muy cierto, pero no siempre lo son, muchos se gestan desde antes, solo que los distractores del mundo no nos deja ver lo que viene a alterar nuestra aparente tranquilidad. "Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra" (Sal 119.37)

Las dificultades tienen distintas formas de hacer presencia en nuestra vida, pero en todas sus diversas presentaciones podemos estar EN POSICIÓN DE BATALLA siempre, puesto que Dios con antelación, nos ha llamado de diversas formas para prepararnos, nos ha dado estrategias para enfrentar cada dificultad, y ha diseñado diferentes tácticas de defensa las cuales las tenemos a nuestra disposición, pero las cuales obviamos por considerarlas obsoletas e  irrelevantes. "Pero todos los que me rechazan a mí y rechazan mi mensaje serán juzgados el día del juicio por la verdad que yo he hablado. (Jn 12.48)

Que no digan que no se les avisó. Dios llama, invita, envía sus directrices de todas las formas posibles y de manera reiterada para enseñarnos; para que conozcamos lo que Él ha diseñado para nuestra defensa.  Prepararnos es lo que nos corresponde como hijos de Dios. El conocer Sus pensamientos forma parte de la planificación y es nuestra tarea diaria asignada por el Padre, es así cómo sabremos enfrentar cada batalla de la vida. 

El enemigo acecha, pero que no nos coja mal parados o en el lugar equivocado. Y para esta imperiosa labor nos ha dejado el Manual de estrategias para enfrentar el enemigo, LA BIBLIA. Allí está todo lo que debemos saber para estar en pie de lucha EN POSICIÓN DE BATALLA. Donde aprenderemos, por medio de la guía del Santo Espíritu de Dios, a combatir y enfrentar cualquier situación. Como también seremos bendecidos con paciencia, dominio propio, fortaleza, seguridad y esperanza. "Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. (Sal 46.1) 

El paso por la vida terrenal no es fácil. Dios sabe que nuestros corazones están inclinados al mal, a la desobediencia y a la rebeldía, es la razón por la cual decide enviar a Su Hijo para que fuese la cabeza y el centro de ejército de Salvación. "Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Jn 3.16) Jesús llega para que le escuchemos, sigamos y le obedezcamos. Jesús viene a traernos un plan perfecto para darle orden a la imperfección que hay en nuestras vidas. Él nos enseña a conocer el terreno y la forma de defensa, sin embargo muchos han decidido seguir sus propias estrategias de guerra y "mueren" en el primer intento, o pasan la vida intentado derribar enemigos que en sus propias fuerza resulta imposible. "El Señor es mi luz y mi salvación,  entonces ¿por qué habría de temer? El Señor es mi fortaleza y me protege del peligro,    entonces ¿por qué habría de temblar? (Sal 27.1)

 "Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura es,..." (2Cor 5.17a) 

Los cambios serán para bien, cuando tomamos la decisión de dejar que Dios obre a favor nuestro; Cuando le entregamos nuestra vida para que sea Él quien la restaure y nos haga personas nuevas en Cristo; Cuando aprendemos a confiar en Él y no en nuestra propia fuerza; y cuando soltamos nuestra voluntad y aprendemos a hacer la Suya. "Él Señor mismo marchará frente de ti y estará contigo" (Deu 31.8a). Es allí cuando Dios nos prepara y moldea para retos más grandes que traerán bendición a nuestra vida. Es en el desierto, donde Dios nos forma, puesto que allí desaprendemos para aprender cosas nuevas que Dios tiene preparadas para sus hijos.

Conocer esta Verdad nos debe llenar de fortaleza y esperanza, y esta seguridad llevará a que Dios sea glorificado en medio de la adversidad. Los hijos de Dios no estaremos solos en el sufrimiento, y menos cuando la fidelidad sobresale por encima de las circunstancias. Cuando damos testimonio de que "ahora Cristo vive en mí", contaremos con el favor de Dios. Él es quien nos alienta y da nuevas fuerzas. Es el Señor que viene a obrar través de Su Santo Espíritu, a auxiliar al abatido, a fortalecer al quien se le han acabado los motivos para seguir adelante. Él prometió "te sostendré con mi diestra victoriosa" (Is 41.10), al igual que "nunca te dejaré ni te abandonaré" (Deu 31.8)

Dios no necesita ayuda, debemos dejarlo obrar, nuestra función es obedecer y permanecer expectantes, "sobrios", para escuchar Su voz. Como también, estrechar la relación con Él, hacernos cercanos a  nuestro Creador, “Orando sin cesar” (1Tes 5.16) Como también, leer, estudiar y vivir Su Palabra, así seremos bendecidos con la revelación de ella

¡Listos! en posición para vencer, de rodillas en oración, rendidos ante el Dios Todopoderoso que hizo los cielos y la tierra, podremos decir, “¡Dios nos ha dado la victoria, por medio de Su Hijo, Jesús!”, y aquí en el silencio de la habitación, donde tenemos un encuentro cara a cara con Dios cada día, podemos gritar, ¡He vencido, porque Cristo pelea por mí! "El Señor exhortó a Josué: «¡No tengas miedo ni te desanimes! Toma contigo a todo el ejército y ataquen la ciudad de Hai. Yo les daré la victoria sobre su rey y su ejército; se apropiará de su ciudad y de todo el territorio que la rodea." (Josué 8.1)

*** Amado Señor. Glorioso Salvador. Te quiero agradecer por darme la oportunidad de conocer tu maravilloso plan de Salvación. Cada  palabra, mensaje historia que me envías de continuo son las instrucciones para llevar una vida coherente con el amor que digo profesarte, que me sostendrá y me llevará a la victoria en medio de las batallas de vida. Te pido perdón, Señor, por cerrar mis sentidos y el corazón a Tu Verdad. Rechazar tu mensaje es igual que rechazarte a Ti, y sin Ti quedaré tendid@ en medio de las intensas luchas de la vida, aún sin haberlas iniciado. Que tu Espíritu, alimente mi deseo de mantener un contacto continuo contigo, y que me permita vivir Tu Palabra, aún en la dificultad. Gracias Señor. En Jesús he orado. Amén. 

"Te fortaleceré y te ayudaré; ..."  (Is 41.10)

"A mi Amado Guerrero, JESUCRISTO, quien cada día me alista para la batalla, sea el honor y la gloria por siempre. Amén

"Mientras que Cristo lidere mis batallas, la oscuridad no prevalecerá" (Gracia)

* Que el Espíritu de Dios te lleve a mantener contacto directo y continuo con el Guerrero de la Vida, Cristo.

"¡El Dios de Israel bendice a los que en él confían!" (Sal 146.4)

Dios te bendiga.

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