LEVÁNTATE Y BRILLA

 "Hagan todo sin quejarse, para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y BRILLEN COMO LUCES RADIANTES en un mundo lleno de gente perversa y corrupta" (Fil 2.14-15)

LEVÁNTATE Y BRILLA

En las noches calurosas de verano, cuando la oscuridad llega a su punto máximo, levantar la mirada y contemplar el espectáculo luminoso en el firmamento es la pasión de muchos amantes de la astronomía, como también para aquellos que degustan con pasión lo que la naturaleza brinda. En el cielo de una noche estrellada pueden verse millones de luces flotando en la inmensidad del espacio, es la danza celeste más cautivante para algunos, quienes se entretienen dibujando formas en el firmamento o despertando su imaginación. Y es de notar que aquellos destellos titilantes de las estrellas es el lenguaje que confirma su existencia. Unas poco perceptibles se  pierden en la lejanía de la galaxia, pero otros con su gracia y donaire muestran su grandeza, como Sirio, la estrella blanca más brillante, capaz de ser vista desde cualquier punto del planeta y quien con su gama de colores brilla con intensidad dando matices  a la oscuridad en donde habita.

"Yo Soy la luz del mundo;
el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Jn 8.12)

De tal manera, como Sirio, que invade el firmamento con su luminosidad, Jesús viene HOY a decirnos: YO SOY, el que estaba, está y estará. El eterno quien ha venido a llenar cada rincón de nuestro ser con Su Luz admirable; Quien extinguirá las tinieblas que no nos permite brillar. Quien llenará nuestro ser para que brillemos con Su Luz, y no con la luz artificial del mundo. YO SOY el gran TODO, el principio y el fin, "el alfa y el omega", La Luz infinita que nadie podrá apagar.  YO SOY; el que hago ser lo que es, el que hace lo imposible posible, y realidad lo que es una utopía. 

El Gran YO SOY, toca a la puerta de nuestro corazón pacientemente. No tarda, lo hace en el momento propicio. Él es fiel a Su Palabra y cumplirá cada promesa en nosotros, si y solo si se lo permitimos. Pero algunos desatentos a causa del bullicio del mundo no escuchan su suave llamado, Su dulce voz acariciando sus oídos, y la suave brisa que viene a despertarlos del letargo que se ha hecho habitual. "El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él." (2P 3.9) Abrirle paso a la Luz de Cristo, es abrirle paso a las bendiciones del cielo, es establecer comunión íntima con Él, en donde estaremos sujetos a Su voluntad. "La luz brilla en la oscuridad, y la oscuridad jamás podrá apagarla" (Jn 1.5)

La opacidad en que vive el ser humano al ser cautivado por las luces falsas de la vida, lo ha llevado a hacer de ella una carga que lo extingue lentamente. Aunque se esfuerza por auto-lustrarse le es imposible, porque sacarle brillo a una roca es improbable. Pero en su intento por sobresalir, por ser etiquetado en el mundo recurre a todo lo que él le ofrece así quede perdido en un gran hoyo negro y sin salida. Para esto usa todo lo que mundo le pone a su disposición, intentando encontrar cómo sobresalir y como encontrarle razones a su existencia. "En El estaba la vida,..." (Jn 1,4a)

Pero el Señor viene y nos cautiva con Su amor, donaire y gracia. Nos llama y nos ofrece Su Luz, inextinguible, inconfundible e irremplazable. Su Luz capaz de penetrar las murallas de la incredulidad y la suficiencia, y de quitar toda hojarasca que ha llenado los corazones, la mente y los sentidos al vivir alejados de Su presencia. "Los limpiaré de toda la maldad que los llevó a pecar contra mí, y les perdonaré todos los pecados que cometieron contra mí, y también sus rebeldías" (Jr 33.8).

Con su brillo nos seduce y atrae para hacer grandes modificaciones en nuestra vida. Nos invita a ser parte de Su reino, pero a veces nos acostumbramos tanto a vivir en las tinieblas, que las llegamos a amar de manera descomunal, bloqueando el paso del resplandor de la Luz de Cristo. De esta manera el ser humano se hace maleable a las seducciones de Satanás, quien no lee nuestra mente pero si se aprovecha de lo ve que percibe en nosotros, se da cuenta de nuestras debilidades y las usa para su beneficio. Dice una historia que encontré por ahí, "Por más que la abeja le explique y le muestre a la mosca que la flor es mejor que la basura, la mosca no lo va entender porque siempre ha vivido en la basura". "Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." (Jn 3.19)

Rehusar a recibir la Luz que nos ofrece Cristo, es negarnos al cambio, haciéndonos conformistas,  tolerantes con el estilo de vida que se lleva. Además, hace vulnerable al al ser humano a los ataques del enemigo, convirtiéndolo en habitante permanente de las tinieblas, donde todo se ceñirá a lo que se encuentra allí, alcohol, drogas, sexo, engaño, mentiras, ira, falta de amor.  Flotar en el vacío de la indiferencia hace que el fulgor y los destellos que nos proporciona Cristo sean imperceptibles, sin ellos seremos fluctuantes, de todo tomaremos un poco. Ante tal negligencia se busca brillar con la luz de otros, muchas veces de mala calidad y poco conveniente. "...se les echará afuera, a la oscuridad,.." (Mt 8,12).
 

Pero HOY Jesús, desea que hagamos cambios radicales en nuestra vida, y viene a rediseñar un "nuevo universo" para nosotros, el cual tiene un plan perfecto que le dará sentido a nuestra existencia. Nos busca para ofrecernos Su Luz, golpea a la puerta de nuestro corazón para llenarnos de Su Luz, pero para que esto suceda debemos ser OBEDIENTES a Su llamado y a Su Palabra. Ser fieles con quien ha sido fiel siempre. "el que me sigue no andará en tinieblas"

La Luz de Cristo viene HOY, a iluminar nuestra mente, a traer lucidez opacada por el pecado, y a enseñarnos el camino que lleva al conocimiento de Dios; Nos devela Su voluntad y Su propósito para nuestra vida. De esta manera tendremos una vida transformada por el poder de Su Espíritu, que resplandecerá para la gloria de Dios. Pablo nos exhorta a ser verdaderos hijos de Dios, a LEVANTARNOS Y BRILLAR en medio de la oscuridad del mundo, y a no ser imitadores de su imperfección. 

A ser LUMINARES EN UN MUNDO que vive bajo el poder del maligno, y para esto debemos ser imitadores de Cristo, crecer en gracia y conocimiento. Para construir algo nuevo no debe quedar nada viejo, todo residuo debe ser quitado. De igual forma lo hace Cristo cuando llega a nuestra vida, "De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo! (2 Cor 5.17) En Cristo brillaremos como estrellas en el cielo, como antorchas en la oscuridad, y este resplandor será notado, se distinguirá entre millones de "estrellas" que habitan en el mundo sin brillo, luchando con su opacidad y la de otros. "...caminen en la Luz mientras puedan, para que la oscuridad no los tome de sorpresa, porque los que andan en la oscuridad no pueden ver adónde van" (Jn 12.35) 

*** Amado Señor, Estrella brillante de la mañana, te quiero agradecer por traer tu Luz a mi vida para iluminar mi corazón opacado por las tinieblas, aquellas que se formaron al querer vivir con las reglas de mi necedad. Tu eres mi Luz, Amado Señor, Tu brillo ha iluminado mi existir, ha llenado mi espíritu de un resplandor sinigual, que ni los dardos del enemigo han podido apagar. Gracias Lucero de cada  día, por la veces que limpiaste mi corazón, lo restauraste para que brillara intensamente. Hoy puedo sentir tu perfección, incluso en lo que en alguna vez lo consideré fracaso. Hoy puedo ver tu misericordia y amor cada mañana. Ayúdame a resplandecer cada día, Amado Señor, a brillar con la Luz de Tu amor, con el sonido de Tu voz y con tu maravillosa gracia. Glorifícate, amado Padre, con el resplandor que recibo de Tu Amado Hijo Cristo Jesús. En el nombre de Jesús. Amén.

"En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" (Jn 1,4)

A mi amado Señor, quien trajo Su Luz a mi vida, sea la gloria y honra siempre. Amén



RENACER
Caminando por la senda de la vida, 
tropecé y tuve mil caídas,
A veces la oscuridad me invadía,
y ahogando mi respiro me consumía.
En algún momento de esta horrible letanía,
me encontré a quien no conocía,
Su luz le dio brillo a mis días,
cautivando mi alma y mi vida.
Me hizo estrella en el ocaso de mis días,
y sin méritos me hizo brillar en mi agonía,
Jesús, es la Estrella de mi vida, 
Jesús, mi vida sin tu brillo estaría vacía. (Gracia)


*** Que el Espíritu de Dios te lleve a brillar intensamente en medio de cada circunstancia y de las personas que te rodean.


Dios te bendiga.


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