SANTO POR SIEMPRE



Así como," David entonó este cántico al Señor el día que el Señor lo rescató de todos sus enemigos y de Saúl"  (2S:22.1), HOY nosotros también alabamos al Señor, Salvador Nuestro por lo que vino a hacer por nosotros y en nosotros…


Jehová es mi roca y mi fortaleza y mi
LIBERTADOR (V2)


HOY, Señor, vengo a tu Santa Presencia,
 a adorar y exaltar Tu precioso nombre.
a expresarte con palabras mi amor y mi devoción,
Mi Salvador, Torre Fuerte, lugar de refugio,
escondite seguro, fortaleza mía,
mi corazón te alaba,
y veneración rinde mi alma, solo a Ti, Señor.

Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré. (V3a)

Señor, grandioso Dios y valiente Redentor, 
Cada mañana nos das a conocer tu infinito amor,
Tu inescrutable gracia llena todo mi ser,
y hace que camine confiadamente,
aún cuando la densa niebla venga,
solo Tú, Poderoso Dios,
la dispersa sin vacilación.

Mi escudo, el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; (V2)

HOY, de mis labios salen mis más dulces melodías,
y mi boca entona canciones para Ti.
Al Dios que me ama, 
al Dios que me cuida, al Dios que me salva, 
al Dios que me ha dado Su perdón.
Al único Dios que vela noche y día
y me da Su amor sin condición.
A Aquel que que me sostiene,
y resguarda mi vida con dedicación.
A mi SALVADOR,
 al Todopoderoso Señor, 
al  Señor de los ejércitos celestiales, a Ti mi Señor.

Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado.
Y seré salvo de mis enemigos(V4)

Dios es mi roca,
en quien encuentro protección.
¡Fortaleza mía! ¡Mi Redentor!
Aunque los días sean oscuros,
las tinieblas cubran mi ser,
y se cierren los caminos ligeros,
¡Viviré segura/o! ¡Viviré confiada/o!
Envuelta/o en Tu bondad,
no temeré mal alguno,
porque en mis batallas, Protector de mi vida,
eres Tú quien las libras por mí.

HOY, mi gran Señor, 
Defensor y Resguardador ,
he decidido, que en Ti confiaré,
no seré más yo, ahora solo serás TÚ,
quien guíe cada espacio de mi ser,
En quién más puedo confiar,
sólo en Ti, mi ROI, 
 Mi Dios, el Dios que me ve.

En mi angustia invoqué a Jehová,
y clamé a mi Dios; (V7a)

Cuando la muerte acechaba mis caminos,
cuando raíces de dolor ataban mi corazón,
y asfixiaba lo más profundo de mi alma,
Clamé a Ti, mi buen Señor,
Mis gritos llegaron a Ti, mi Dios,
sacudiendo los cimientos de los cielos, y
estremeciendo Tu maravilloso corazón.

El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó a sus oídos. (V7b)

Entonces el fuego ardiente de tu resplandor,
el brillo de tu poder,
invadió cada rincón de mi ser.
Enviaste Tu Luz en mi auxilio,
Tu Luz vino por amor a mí,
cuando la oscuridad lo era todo,
la dulzura de Tu Luz,
y el apacible silbido de Tu voz,
resucitó todo en mí.


Él oyó mi voz desde su templo, 
y mi clamor llegó a sus oídos. (V7b)

Tú, Señor me escuchaste,
mi llamado no fue desapercibido por Ti.
Viniste en mi auxilio.
Viniste para salvarme,
me rescataste de mis enemigos,
que se deleitaban haciéndome sufrir. 
Me levantaste y me llevaste
a donde el mar no tiene fin, Tu Palabra Señor.

La tierra fue conmovida, y tembló,
Y se conmovieron los cimientos de los cielos,
Se estremecieron, porque se indignó Él. (V8)

Me abrazaste con tus dulces melodías, 
tu voz le dio sentido a mi existir,
fue ahí que entendí todo,
lo amada/o que soy por Ti.
Dejaste tu maravilloso trono, 
Tú reinado celestial,
te vestiste con ropa de siervo,
para hacerte semejante a mí.
Viniste a mi encuentro,
aún sabiendo lo que te iba a suceder.
Cómo no amarte Libertador de mi alma,
si lo diste todo por mí.

E inclinó los cielos, y descendió;
Y había tinieblas debajo de sus pies (V10)

Ahora, Hermoso Señor,
comprendo la grandeza de tu amor.
Cómo podré vivir, 
si a mi lado faltas Tú.
Si alumbraste mis tinieblas,
con desmedido amor.
Una Luz brilló cierto día,
La Luz de Tu Hijo, quien descendió,
para darle brillo,
a mi opacó corazón.
Y es que sin Ti, mi alma vacía estaba,
y mi vida no encontraba sentido para seguir,
pero, viniste y me salvaste,
de las aguas tenebrosas me sacaste,
para que me encontrara contigo, MI SALVADOR.

Envió desde lo alto y me tomó;
Me sacó de las muchas aguas. (V17)

Traspasas los confines de los cielos,
 las profundidades de las aguas,
y los riscos impenetrables,
para auxiliar a aquel que clama a Ti.
Me libró de poderoso enemigo,
y de los que me aborrecían, aunque eran más fuertes que yo" (V18)

AHORA, SOBERANO REY,
que has abierto mis ojos, reconozco que...
"Tú no desprecias un corazón, contrito y humillado",
por eso viniste por mí,
y me amaste, aunque tú eras indiferente para mí.

Has llegado, te he sentido,
las estrellas brillan más por Ti.
La tierra se detiene,
los montes se levantan,
y toda criatura te rinde honor,
Al Único, Majestuoso, Soberano Dios,
Al Rey de los cielos,
que ha venido HOY.

Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí. (V20)

Por Tu maravillosa misericordia,
y  sublime gracia, 
llegaste, mi Señor.
¿Qué pudiste ver en mí?,
Roca de mi Salvación
¿Qué te agradó de mí?
Soberano Rey,
Es tu amor inagotable,
que hace de lo imperfecto,
piedras preciosas para tu honor.
Tu ere Mi Padre, y yo hija/o,
Tuya/o soy,
te complaces de tus hijos,
cuando son fieles aTi, solo a Ti, mi Dios

Tú eres mi lámpara, oh Jehová;
Mi Dios alumbrará mis tinieblas. (V29)

Tu Luz Admirable, ha venido HOY,
para dar vida, para dar esperanza,
a quien sombra de muerte, no lo deja respirar.
Un nuevo amanecer desciende de lo alto,
un nuevo día viene ya,
atrás queda todo
lo que nos aleja de Ti, LIBERTADOR.
Ahora, sólo hay un presente,
donde Tu eres, REY, MI SEÑOR.
Que Tu Presencia nunca falte,
Es mi deseo HOY, Señor.
Vive hoy y por siempre,
aquí en mi corazón.

Oh, Salvador de mi alma,
Oh, Príncipe de Paz,
ven a nuestras almas,
ven, y no tardes más.
Dame un corazón nuevo,
que te alabe sin cesar,
Dame una vida nueva,
para honrarte con Tu Verdad.
Así Tu Luz radiante,
Hermoso Señor,
iluminará a otros,
que deseen vivir en Tu amor,
acógelos, Soberano Rey,
para vivir todos, junto a Ti, MI SEÑOR

Dios es el que me ciñe de fuerza,
Y quien despeja mi camino. (V33)

Que las melodías de mis palabras,
Te honren hermosísimo Redentor.

¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!

en las alturas, 
Santo, aquí en la tierra.
Santo al que vive,
Santo al que reina.
Santo al que gobierna,
aquí y más allá de las estrellas,
Santo, eres Tú,
JESÚS, MI SALVADOR,
maravilloso, HIJO DE DIOS.

"¡Viva el  Señor! ¡Bendita sea mi roca! 
¡Exaltado sea el Dios de mi salvación!" (V47)

ALABANZA: "SANTO ES EL QUE VIVE" 

"La Luz Verdadera llegó para alumbrar lo que yo no podía ver" (Gracia)


***Que EL SEÑOR, SALVADOR NUESTRO
te bendiga siempre con:

La riqueza de Su gracia,
con el tesoro de Su amor,
Con Su bendito perdón,
con el don de Su misericordia
y con Su bendita Presencia.


"...SANTO, SANTO, SANTO, es
 EL SEÑOR DIOS, EL TODOPODEROSO, 
el que era, el que es y el que ha de venir" (Ap 4.8b).


Comentarios

Entradas populares de este blog

EN FALSO

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

EN BLANCO