LUZ PARA TODOS
LUZ PARA TODOS
Ante la magnitud de su poder, los egipcios se volvieron autosuficientes e independientes, no tenían en cuenta al Señor. Crearon sus propios dioses a quienes siguieron obedientemente por más de 3000 años. 1400 figuras de yeso, piedra y metal fundido eran sus dioses a quienes consultaban, ofrecían tributo y veneraban. Sus principios y leyes fueron creados por ellos mismos y de acuerdo a su conveniencia. Se resistía a andar en Sus caminos. Esto los hizo que se llenaran de incertidumbre y vacilación, inestables y sin autoridad. Hasta que llegaron los árabes, y aprovechándose de sus debilidades ocuparon el Nilo y controlaron todo el territorio incluyendo a su fuente de "vida", el río Nilo. Sin Él, progresivamente esta legendaria civilización se hundió en la ruina total.
"Yo estoy contra ti, faraón, rey de Egipto, gran monstruo que que yaces en el cauce de tu arroyos, que dices: el Nilo es mío mi creación" (Ez 29.3) Ante esta situación, Dios, por medio de profetas los llama al arrepentimiento y a la sujeción. A que desechen la arrogancia y se rindan a Él, a Su poder y Grandeza, ante el Único y Soberano Dios. A que dejen a un lado el creer que eran creadores, dueños y que tenían el poder de todo. Dios como Creador, era el único dueño y Señor, nada hay que no haya sido tocado por Sus manos. "Entonces Egipto quedará desolado y arruinado. Los egipcios aprenderán que YO SOY EL SEÑOR. Es porque el faraón dijo: El Nilo es mío, es mi creación" (V9)
A pesar de que Dios les previene por intermedio de los profetas, Egipto no cedió. Contra Egipto se dan seis profecías, la primera viene por intermedio del profeta Ezequías, fechada en el "año décimo, en el mes décimo" (enero de 587 aC) y así sucesivamente. Egipto como potencia mundial que era, ejercía poder sobre Israel, se aprovechaba de esta pequeña nación hebrea de forma abusiva, lo vemos en Génesis 7.8.24, "El SEÑOR le dijo a Moisés: —El faraón está terco y no aceptó liberar al pueblo. Ve a encontrarte con el faraón por la mañana cuando baje al río y espéralo en la orilla...El SEÑOR, el Dios de los hebreos me envió a decirte: Libera a mi pueblo para que pueda ir a adorarme al desierto. Pero tú no me has puesto atención. Esto dice el SEÑOR:
Esto dice el SEÑOR: Ahora te vas a dar cuenta de que yo soy el SEÑOR. Con el bastón que tengo en mi mano voy a tocar el agua del Nilo y se convertirá en sangre" (Éx 7.8-24)
El profeta Isaías también es enviado por Dios, anunciándoles lo que les sucederá por convertirse en un pueblo pagano, que deshonra al Dios de todo lo creado. Alejado de sus principios, rebeldes y sin obediencia. La gloria de Egipto y la de algún ser humano que viva de la misma manera no podrá ser eterna, y temblarán ante ira de Dios. Su Soberanía, poder y autoridad lo lleva a aplicar justicia a quien Él crea que necesite corrección. "Levantaré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino" (Is 19.2)
El gran problema de Egipto y de muchos de nosotros, es que cuando Dios venga a aplicar justicia, a causa de la infidelidad de Su pueblo, no se tiene quién interceda ante la ira de Dios. Sin abogado, intermediario solo queda esperar y vivir el castigo. "¿Dónde están tus sabios consejeros, faraón? Que ellos te digan lo que Dios tiene planeado, lo que el Señor de los Ejércitos Celestiales le hará a Egipto" (Is 19.12), si, aquellos a quienes consultabas, pedías ayuda, buscabas con insistencia cuando las cosas no iba bien. Aquellos consejeros de cabecera que sus palabras fueron sagradas, aunque llevaban por el camino incorrecto. Sin embargo Dios nunca tiene prisa, llega en momento oportuno, y en esta ocasión no fue la excepción.
Para grandes males grandes soluciones. La justicia de Dios es un atributo que al igual que Él es eterna. La cual consiste en dar a una persona lo que merece de acuerdo a sus acciones, teniendo en cuenta un valor preestablecido por una autoridad, quien evaluará y sentenciará su cumplimiento. Desvirtuar la justicia de Dios es no reconocer la grandeza de Su misericordia, Su gracia, Su amor, puesto que si Dios no es justo sus otros atributos serían inaplicables. Y como Padre, Su amor trae corrección. "Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras" (Rm 2.6)
Como Dios es justo, y actúa con justicia, también es misericordioso. "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó," (Rm 2.6). Es el Señor de segundas oportunidades, sólo que tiene sus límites, su paciencia no se agota tan fácilmente pero no debemos jugar con ella. Él sabe esperar, sentado desde su trono en su casa real, observa cada movimiento nuestro y, como una banda elástica estira y estira, pero en cualquier momento suelta. BIENAVENTURADOS lo que permanecen adheridos, sostenidos fuertemente a la banda. “El SEÑOR es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; mas de ninguna manera tendrá por inocente al culpable ; ...” (Núm 1.18a)
Más la oscuridad no será perpetua, la aflicción no será eterna, como también un corazón infiel que muestra verdadero arrepentimiento, Él no lo despreciará, esperará hasta que decida acogerse a Él. A ese pequeño pueblo sumido en el sufrimiento, por la opresión, la esclavitud Dios le enviaría esperanza, al igual que a nosotros. A pesar de la luchas interminables que viven los creyentes, de la agonía ante el dolor, y su interminable permanencia en el desierto, HOY el Señor les dice, que esos días están contados, porque la Luz viene ya. La LUZ ES PARA TODOS, lo que deseen recibirla, aceptarla y mantenerla encendida SIEMPRE. "Sin embargo, ese tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre..." (Is 9.1a).
"El pueblo que camina en oscuridad verá una gran luz. Para aquellos que viven en una tierra de densa oscuridad, brillará una luz" (Is 9.2)
El Señor una vez más desplega su caudal de Amor y misericordia hacia su pueblo. Alargo Su brazo desmedidamente para prometer y dar esperanza a aquellos sumidos en el sufrimiento, en la oscuridad; Para aquellos que no encuentran razones para vivir, y sin propósito les da la razón más grande para permanecer y encontrar sentido a su existencia, enviará a Su Hijo.
"como señal y testimonio del SEÑOR Todopoderoso en Egipto. Cuando el pueblo se queje de los opresores ante el SEÑOR, Él LES ENVIARÁ UN PRÍNCIPE LIBERTADOR QUE LOS DEFENDERÁ Y RESCATARÁ..." (Is 19.20)
De la misma manera que para Egipto era "don del Nilo", para los cristianos son "don de Cristo". Es el Mesías quien traerá la victoria, el SALVADOR. Isaías lo profetizó enfáticamente, "Porque un niño nos es nacido" "hijo no es dado".
La profecía del NIÑO que vendría, junto con los días oscuros de Su primera venida se hace manifiesta. La promesa se ha cumplido, UN NIÑO, y no es cualquier niño. Un Rey, de la descendencia de David, quien de Su trono vino, encarnado en hombre, con naturaleza humana, para traernos libertad. Este milagro de la encarnación divina trae la LUZ PARA TODOS los que deseen brillar con la Luz del naciente. Un Niño que traía Su nombre desde antes de todos los tiempo, JESÚS, SALVADOR es su significado. La promesa hecha por Dios se cumplió en aquel establo. El amor de Dios por nosotros, lo llevó enviar a Su Hijo, para que intercediera por nosotros y nos acercara a Él. Nuestro Abogado eterno hace presencia en la tierra, "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron..." (Jn 1.11a)
Dios te bendiga.
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