¿DE PEZ, A PESCADO?


Entonces Jacob se despertó del sueño y dijo:
«¡Ciertamente el Señor está en este lugar, 
y yo ni me di cuenta!»; (Gén 28.16)

¿DE PEZ, A PESCADO?

Las adaptaciones respiratorias de los peces difieren notablemente a la de los humanos. Los peces al estar fuera del agua les es imposible respirar su mismo oxígeno, a acepción de algunos peces como lo es el pez siamés, quien sale a tomar bocanadas de aire cuando está defendiendo su territorio, por medio de un órgano especializado, piel y branquias. La composición química del agua junto el sistema orgánico del pez, branquias, le permite separar y tomar el oxígeno que necesita. Si el pez sale del agua sus branquias podrían colapsar puesto que no están adaptadas para absorber y procesar la calidad de este oxígeno. Entonces, si se presentara tal situación, el pez dejaría de ser pez, para ser pescado, moriría "ahogado".

De manera similar a un pez que se "ahoga" fuera de su proveedor de oxígeno, el agua, es el ser humano, al estar fuera de la cobertura de Dios. Las moléculas contaminantes del mundo lo harían respirar "oxígeno" insalubre para su vida. Sin defensas, la "muerte súbita" por EPOC (Envenenamiento por Omitir a Cristo) lo llevaría al "ahogamiento espiritual", "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente" (Sal 91.1a).

Indudablemente, el Señor Jesús es el Máximo Proveedor de "oxígeno espiritual" para nuestra vida. Es Él quien oxigena, purifica el aire que consumimos. Pero, debemos tener en cuenta que para recibir esta bendición debemos estar en comunión con Él, así seremos amparados, resguardados, Bajo las alas del Altísimo. "El Espíritu de Dios me ha creado, y el aliento del Todopoderoso me da vida" (Jb 33.4).

Adán y Eva tomaron y comieron de algo que no debían. Bebieron el "oxígeno" de la desobediencia, del orgullo y la rebeldía, cuando escucharon la voz de la serpiente quien con insistencia incitó a Eva a ir en contra de Dios, haciendo que perdieran la comunión con Él, de esta manera fueron expulsados de Edén, su paraíso de vida, por creer que aquello hermoso ante sus ojos sería su salvación, más fue su "muerte" eterna. "La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. ASÍ QUE TOMÓ EL FRUTO Y LO COMIÓ" (Gén 3.6)

"Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas y te traeré de vuelta a esta tierra" (Gén 28.15a). De la misma forma que le prometió a Jacob, el Señor nos dice YO ESTOY AQUÍ, YO ESTOY CONTIGO, como el pez que respira oxígeno en la inmensidad del océano, nosotros debemos saber que Dios está ahí, cerca de nosotros como nos lo prometió.  "¿A dónde podría ir, lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiría, lejos de tu presencia?..." (Sal 139.7)

Asimismo, como pueblo de Dios, la promesa de Su presencia en medio de nosotros se cumpliría, porque Dios es fiel a Su Palabra, y su fidelidad es eterna. "Por tanto, di a los hijos de Israel: «Yo soy el Señor, y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes" (Éx 6.6). Caso similar fue con Abraham, "Tiempo después, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: —No temas, Abram, porque yo te protegeré, y tu recompensa será grande" (Gén 15.1).

Los creyentes en Cristo debemos llenarnos de seguridad y confianza al saber que Dios SIEMPRE estará con nosotros, que Su presencia estará de continuo, no faltará. "...y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt 28.20b). Pero para gozar de esta bendición hay una condición, "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,..." (Mt28.19a), estar  dentro de la cobertura de Dios. El distanciamiento, el darle la espalda a Jesús, nos llevaría a "ser pescados" y a "ahogarnos" en el mar del sin sentido que es la vida cuando la mano de Dios nos nos cubre. "Ya te he ordenado: "SE FUERTE Y VALIENTE! !No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor Tu Dios te acompañará donde quiera que vayas" (Jos 1.9)

¿A dónde el pez se puede escapar del océano?, ¿A dónde nosotros podemos huir de DIOS?, por más que lo intentemos es imposible, sus ojos siguen cada paso, movimiento, decisión, mas Él no anteviene hasta que decidamos "abrirle la puerta para que pase", así podrá decirnos: "¡ESTOY AQUÍ!, no te afanes, no te preocupes, ni te angusties, "Entrégale tus afanes al Señor y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre" (Sal 55.22). Son nuestras decisiones las que hacen que estemos dentro o fuera de Su cobertura. 

Todo lo que respiramos huele a Dios, porque cerca de nosotros está cuidándonos y protegiéndonos, acompañándonos, dándonos Su fortaleza. Navegar por las insondables aguas de Vida que Él nos da a conocer hace que su oxígeno, Su Palabra, sea nuestro respirar cada día. Cuando vemos con nuestros ojos espirituales, Su grandeza, poder y majestad podemos darnos cuenta que Dios es Todo, Dios conforma el Todo porque Él es el TODO, el Eterno es parte del todo donde habitamos. "Si yo subiera a las alturas de los cielos, allí estás tú; y si bajara a las profundidades de la tierra, también estás allí" (Sal 139.8)  

HOY el Señor viene a recordarnos, que las dificultades vendrán, pero que en medio de ellas no estaremos solos, el Señor estará con nosotros, "Así que no temas, porque YO ESTOY CONTIGO,..." (Is 41.10a). Sí, Él está dirigiendo, acompañando y fortaleciéndonos, vigilando cada paso que damos. Él cuida de nosotros como Padre a sus hijos. La perseverancia en medio de las aflicciones lleva a la madurez y al crecimiento espiritual, por eso no debemos desfallecer y perder el gozo en nuestro corazón. "porque YO SOY TU DIOS. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa" (Is 41.10b) 

*** Gracias Amado Señor, por sumergirme en las corrientes de vida que es Tu Palabra. Allí cada día puedo respirar aire nuevo y fresco cada día. Así, oxigeno mi corazón para que no desfallezca cuando los tiempos arrecien, la vientos bramen y la tormentas quieran ahogarme. Tu eres mi respirar, el oxígeno que necesito para que mi corazón lata con fuerza cada día, y se goce, en medio de las aflicciones, cuando estoy en Tu presencia.

El Señor te libra de todo mal
    y cuida tu vida.
El Señor te protege al entrar y al salir,
    ahora y para siempre. (Sal 121.7-8)

A mi Amado Guardián, quien no duerme cuidando cada paso que doy, sea la Gloria y Honra SIEMPRE. Amén.

ALABANZA: "CREO EN TI"
"Necesitamos HOY el nuevo aire que nos ofrece Cristo para tomar aliento y continuar" (Gracia)

*** Que el Espíritu de Dios te lleve a donde puedas respirar el "oxigeno" que te ofrece Jesús.


Respira profundo, mira al cielo, antes de oxigenarte con la Palabra de Dios





Comentarios

Entradas populares de este blog

EN FALSO

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

EN BLANCO