CENTRO DE ACOPIO



Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve. (Sal 51.7)

Toc, toc, toc no es un sonido onomatopéyico, sino las abreviaturas del Trastorno Obsesivo Compulsivo que algunos padecen y aún no lo hacen evidente. También se encuentra asociado con psicorigidez y trastorno de ansiedad, entre otros. Cada padecimiento viene en cadena y se alimentan mutuamente. Hoy nos focalizaremos en el Trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza y orden, el cual se presente cuando de manera recurrente hay insistencia en que todo debe estar en orden, limpio aunque en ocasiones no sea necesario. Se mantienen rituales en los cuales se invierte tiempo y esfuerzo para conservarlos, y su ruptura genera estrés  y molestias en el estado de ánimo. Hay una ideación patológica de limpieza que termina en obsesión y en un alto nivel de ansiedad.

SOLO LOS DE CORAZÓN LIMPIO VERÁN A DIOS (Mt 5.8)

Para el ser humano la imagen física, junto con todo lo que le rodea es de gran relevancia. Invierte tiempo, recursos económicos, esfuerzo por alimentar los ojos de otros por medio de la imagen perfecta, glamurosa y sin mancha. Esto refuerza su ego aunque tan solo sea en apariencia.

Este bomm mediático que gira en pro de la belleza física y la perfección, es otro más de los estereotipos en el que ha caído el ser humano, debido a la tendencia de suplir una necesidad superficial que invade los sentidos con ahínco. Conjuntamente el deseo imperioso de la perfección, trae también el deseo de tener orden, limpieza y armonía en todo lo que le rodea a costa de sus propios límites.

El posicionamiento social y familiar de la persona gira en torno al mantener una imagen perfecta, pero tras este modelo, hay una necesidad no visible. Y no estamos diciendo que está mal mantener todo bien, pues tenemos un Dios de orden, pero básicamente de orden en nuestra vida. El problema viene cuando se cruza la fina línea hacía la obsesión, sin dominio propio todo pierde el rumbo y así no hay bolsillo ni tiempo ni corazón ni cuerpo que lo resista. No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios. (1P 3.3-4)

Sin embargo, esta es la cara visible de la moneda, pero hay una mucho más importante que debe brillar por la limpieza, transparencia y lucidez. Aunque no es perceptible está ahí esperando ser atendido cuidadosamente, grita para que sea limpiado frecuentemente, este es el CORAZÓN. "En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona." (Pv 4.23)

Sed, pues, vosotros PERFECTOS, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mt 5.48)

Indudablemente el Señor Jesús sí que conocía de limpieza y perfección. Él es el más indicado para que nos enseñe de este tema. Quien es Perfecto nos puede llevar por Su camino hacia la perfección, pasando por alto los absurdos estándares sociales que tiene el ser humano esclavizado y desenfocado de la perspectiva verdadera.

"Luego el sacerdote tomará ramas de cedro y de hisopo..." (Núm 19.6). En el Antiguo testamento EL HISOPO se menciona con frecuencia en las ceremonias de purificación y limpieza que se hacían por medio de golpes con las ramas de esta planta aromática. Teniendo como base esto, David pide ser limpiado de sus transgresiones. Desea ser purificado de la muerte que causa el pecado, de forma similar como el hisopo limpiaba a los que habían tenido contacto con cadáveres.  

Mientras su interior no quedara reluciente, y dejará de vivir en la muerte eterna, "más blanco que la nieve", no tendría paz en su corazón y no se restablecería la relación con Dios que era primordial para él. David había pecado grandemente pero su corazón anhelaba el perdón, ser limpiado, y de esto Dios se percató, “He hallado a David, hijo de Isaí, un hombre conforme a Mi corazón, que hará toda Mi voluntad” (Hch 13.22) (1S 13.14). 

PURIFICAME, LIMPIO, LÁVAME, 

Este es "kit" de limpieza espiritual que nos trae la gracia de Jesús HOY, el cual el resultado será blancura total y el cual debe permanecer al alcance nuestro. Así como buscamos la limpieza y belleza en lo que tocamos y vemos, nuestro exterior, debemos anhelar primeramente y con vehemencia la belleza que nos da Jesús por medio de Su sacrificio en la cruz, "¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?" (Heb 9.14)

Su sangre derramada será la que limpie nuestro cuerpo mortal, el cual se ha convertido en RECICLAJE de deshechos, PECADOS; La que purifique nuestra conciencia agonizante y muerta; La que "rocíe" nuestro corazón endurecido y acomodado en el pecado, y nos de convicción de pecado para así anhelar con el corazón el perdón, como lo hizo David. "... y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. (1Jn 1.7b)

En el Nuevo testamento, y por gracia, viene la verdadera limpieza, aquella que nos llevará a la perfección de forma similar al Perfecto y esto solo se logrará por intermedio de Cristo Jesús. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí." (Sal 51.10). El Señor nos dice que el corazón es el CENTRO DE ACOPIO en nosotros. De allí salen todas nuestra manifestaciones exteriores. Salen los malos pensamientos y deseos, falsos testimonios, como también la pureza proviene de su interior. "El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca. (Lc 6.45)

Mientras se vive alejado de Dios y desobedeciendo sus principios más deshechos llegan allí, hasta contaminar todo en nosotros. Si Cristo no está en control no hay tal perfección, la belleza se esfuma como agua entre los dedos. Ni el mejor maquillaje, ni las costosas cuentas de las tarjetas, ni las cirugías podrá embellecer un alma oscura por la culpa, el pecado. Una buena pinta luce esplendida cuando Cristo Jesús nos ayuda a escoger el atuendo.

Hacerle mantenimiento a nuestro corazón es tarea diaria. Mientras no vivamos con este deseo de limpieza, de mantener limpio el trono donde habita Jesús, ¿Cómo podrá habitar en Él en nosotros? Así se intente vivir en total armonía exterior, buscando la perfección en nuestras propias fuerzas es imposible, puesto que los males del ser humano brotan del corazón, bien lo decía el profeta Jeremías "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jr 17.9). Limpieza total necesita el ser humano, y esta solo se logra con el sacrificio de Cristo Jesús.

HOY, el Señor nos viene a poner en "alerta roja" para que frenemos la carrera mediática hacia la auto-perfección. Belleza si necesitamos, pero en nuestro interior. De allí brota lo que hermoseará nuestro rostro al presentar al mundo la imagen de Cristo Jesús a través de lo hay en nuestro corazón. Cuanto más vivamos sumergidos en la aguas restablecedoras y embellecedoras de Vida que es Su Palabra, más seremos bellos interior y lo reflejamos exteriormente. Esta belleza solo tiene un costo, y ya fue cancelada por Jesús en la cruz.

*** Amado Señor, Perfecto eres y Tu belleza es inigualable. Ayúdame a llevar una vida coherente con tu perfección, a anhelar cada día Tu belleza en mi corazón. Limpia en mi toda basura, deshecho y impureza que ensucia Tu trono dentro de mí. Pon en mi corazón Tus Palabras que me llevan por el camino hacia la pureza, donde podré verte y sentir cada día tu fuerte abrazo de amor. 

Gracias Señor Jesús, por hacernos bellos cuando nadie veía belleza en nosotros; Por hacernos santos sin razones para serlo y por amarnos a pesar de las impurezas que había en nuestro corazón. 

prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús!
Así que, todos los que SOMOS PERFECTOS, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios." (Fil 3.15)

Al Perfecto de los Perfectos, sea todo el honor, la gloria y la honra. Amén.

ALABANZA: "LÁVAME EN TU SANGRE"

"Lávame en las aguas cristalinas de Tu Amor y así brillaré con Tu resplandor" (Gracia)

 *** Que el Santo Espíritu de Dios te lleve hacia Sus manantiales de Agua Viva.

¡Levántate y resplandece, 
que tu luz ha llegado!
¡La gloria del Señor brilla sobre ti! (Is 60.1)

Comentarios

Entradas populares de este blog

EN FALSO

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

EN BLANCO